“Y, después de todo, ¿qué es una mentira? No es otra cosa que la verdad con
máscara”. Lord Byron
La gran pregunta en el caso de René Bejarano es qué hizo con los 45 mil dólares en efectivo que recibió de Carlos Ahumada. El ex secretario particular de Andrés Manuel López Obrador y ex presidente de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal afirmó primero que se los había entregado a la actual jefa delegacional de Álvaro Obregón, Leticia Robles, para su campaña electoral de 2003. Pero una vez que ella lo negó, Bejarano dejó de ofrecer esa explicación.
En los últimos tiempos Bejarano ha argumentado que fue Rosario Robles, en ese entonces presidenta nacional del PRD, quien le pidió acudir a la oficina de Ahumada a recibir el dinero a su nombre para después llevárselo a ella. Rosario, como Leticia con anterioridad, ha negado la explicación, pero en este caso Bejarano sí ha insistido en ella. De hecho tenemos una de esas situaciones clásicas de confrontación: la palabra del uno contra la otra.
Al reflexionar sobre el tema, sin embargo, me parece cuando menos extraño que Rosario le haya pedido a Bejarano ir a la oficina de Ahumada para recibir dinero y llevárselo a ella. Dos razones hacen esa explicación inverosímil: La primera —que Rosario argumentó en su entrevista con Joaquín López Dóriga en televisión la semana pasada— es que, dada la estrecha relación personal entre ella y Ahumada, es difícil pensar que ella hubiera necesitado un intermediario para recibir dinero de Ahumada. Es de todos sabido que Rosario tenía línea directísima con Ahumada. No había necesidad de un mensajero entre ellos. La segunda razón es la supuesta selección del intermediario. Bejarano y Robles han pertenecido desde siempre a distintas tribus del PRD.
La relación entre ambos, de hecho, ha tenido momentos de gran confrontación. Algunos meses antes de que Ahumada le diera los fajos de dólares en efectivo a Bejarano, de hecho, Robles se enfrentó con éste y con otros dirigentes del PRD en el Distrito Federal, René Arce y Armando Quintero, al respecto de la selección de los candidatos del partido a los puestos de elección popular en el Distrito Federal para los comicios locales y federales de 2003.
Este conflicto estuvo a punto de llevar a la renuncia de Rosario a la presidencia nacional del PRD. No había, ciertamente, una relación de gran confianza entre Rosario y Bejarano. Por otra parte, no hay nada en los videos que se conocen de los encuentros entre Bejarano y Ahumada que sugiera que René fue a recoger el dinero en representación de Rosario o siguiendo sus instrucciones.
Los videos parecen estar editados. Uno por lo menos, el presentado recientemente por la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, se encuentra claramente mutilado. Por lo tanto hay que tener cuidado de inferir conclusiones de ellos. Pero en los fragmentos que están disponibles, Bejarano, lejos de hablar a nombre de Rosario, se vanagloria de su cercanía e influencia con López Obrador. Dice, de hecho, que hay cosas que le informa al jefe de Gobierno y cosas que no, pero que López Obrador está sin duda consciente de todas ellas.
Las diferencias políticas entre Robles y Bejarano provienen en parte de su lealtad a dos de las más importantes personalidades del PRD. Rosario ha estado tradicionalmente muy cerca de Cuauhtémoc Cárdenas, mientras que Bejarano ha forjado una alianza con López Obrador, de quien fue secretario particular. Hubo un momento en que el ingeniero y el actual jefe de Gobierno trabajaban de común y acuerdo, pero ya para 2003 se habían manifestado grandes diferencias entre ellos. Cárdenas y López Obrador perfilaban proyectos políticos distintos, en tanto que el ingeniero se ha negado a aceptar la idea de renunciar a ser candidato a la Presidencia de la República para dejar el paso libre a Andrés Manuel. ¿Pudo Robles haber enviado a Bejarano a recibir el dinero de Ahumada simplemente para tenderle una trampa? No es imposible, pero, en primer lugar: ¿lo habría aceptado Bejarano? ¿Habría este astuto operador político acudido tan campante a recoger un dinero ilegal en representación de su enemiga a la oficina de un contratista que sabía estaba íntimamente ligado a ella? Por otra parte, ¿habría tomado Rosario una decisión como ésta, que estaba sin duda destinada a destruir su carrera política dentro del PRD, el partido al que ella le ha dedicado toda una vida? Si debo ser sincero, es muy dudoso.
Clonación
Con su decisión de rechazar la investigación en procesos de clonación de células madre y embriones el PAN está cayendo en una trampa. Le da más importancia a un dogma incierto, que la vida comienza en el momento de la concepción, que a salvar la vida o la salud de millones que sufren enfermedades que podrían ser curables.
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