BOGOTA, (Reuters).-Mientras ambientalistas en varios lugares del mundo luchan por salvar focas, elefantes o tigres en vía de extinción, en Colombia uno lanzó una campaña en defensa de al menos siete mil gallinazos gordos que se alimentan de basura y carroña, amenazados por el cierre de un basurero.
La vida para estas pesadas aves de color negro transcurrió normalmente hasta el pasado 20 de julio cuando se inició el cierre gradual de un basurero de la caribeña ciudad de Santa Marta, 700 kilómetros al norte de Bogotá.
De acuerdo con las autoridades sanitarias de la ciudad, diariamente eran descargadas 300 toneladas de desechos en las afueras de Santa Marta, cifra disminuyó a 15 con el cierre del basurero, que fue remplazado por otro en el que la basura es sepultada con capas de tierra.
Las aves de rapiña que permanecían en el basurero de Veracruz desde hace unos 20 años, aprendieron a convivir con las máquinas y los recicladores de basura y se volvieron perezosas para volar por la facilidad para conseguir su alimento.
"Le perdieron el miedo al hombre y se codean (están junto) con los recicladores, con las máquinas, las fuertes brisas y otros animales con tal de obtener su comida", dijo al diario El Tiempo el ambientalista Alex Rodríguez, impulsor de la campaña para salvarlos.
"Las facilidades y comodidades que les ofreció el entorno las terminó convirtiendo en aves mansas (...) se les olvidó hasta alzar vuelo", aseguró Rodríguez quien promueve una campaña para que los gallinazos emigren a otro lugar y reactiven sus instintos naturales.
El ambientalista afirmó que pese a que estos animales despiertan poca admiración por vivir en medio de basureros, ha recibido unas 700 llamadas de personas interesas en colaborar con su causa.