no sé si fue una broma o un intento de ridiculizar aún más al candidato Bush, pero el caso es que escuché en radio (no pude encontrar información escrita) que George W., contra la opinión de Colin Powell (fue el nombre que quedó en la memoria) quiere “certificar”, es decir ¡juzgar y castigar! a los países del planeta “por antisemitismo”, como lo hacía la prepotente potencia, por desgracia unipolar, con las drogas.
Aparentemente se ocultó o minimizó esa iniciativa ante la reacción o quizás por ridículo se canceló el proyecto. Ahora que si quiere en serio “certificar” Bush el antisemitismo, que empiece por su abuelo Prescott Bush que financió ni más ni menos que a Adolf Hitler.
Son conocidos los grandes negocios del abuelo del candidato y Presidente republicano con los nazis aunque apenas ahora causen escándalo en Internet.
Por otra parte, los Bush, según la Enciclopedia Hebraica Castellana, provienen de una familia checa de origen judío. Quizás Goerge W., al adorar a Ariel Sharon quiera compensar los pecados de Don Prescott.
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Sharon es hoy el más fuerte gurú de W., a decir de uno que está hasta el copete de esta historia, el especialista en Seguridad, Brent Scowcroft, que fuera consejero en la materia de Papa Doc Bush. Y el gurú actual, dice, lo único que le trae a USA son problemas.
Habría que agregar que además de a USA, al mundo y sobre todo a los mismos judíos al haber despertado una indudable ola de antisemitismo con sus tácticas nazis.
Es necesario llamar la atención en víspera de las elecciones del dos de noviembre sobre este nuevo signo de locura que padece el presidente Bush y que debe alertar a los votantes que no son retrasados mentales, para que sepan que si votan por él para que se quede cuatro años más, que USA ya bastante detestado por sus propias acciones en Irak, será constantemente atacado por las acciones de Ariel Sharon, que horrorizan hoy hasta a los que otrora fueron grandes defensores del Estado judío.
Se dice que cada vez que Sharon mata palestinos y destruye sus casas llama por teléfono a Bush para decirle: Misión cumplida, Mister President, estamos luchando contra el terrorismo. Y Bush aplaude por lo bien que cumple el carnicero de Sabra y Shatyla.
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Los primeros electores que tendrían que seleccionar a los candidatos serían los psicoanalistas en combinación con los psiquiatras para que no haya “pierde”. Luego, ya que estamos en plena globalización, todos los terrícolas mayores de edad y desde luego en sus cabales, deberían estar en posibilidad de votar contra individuos que afectan al planeta entero.
Eso piensan actualmente en Europa, continente que sigue el proceso electoral gringo como si fuera propio ¡y lo es! porque el loco y deficiente candidato de la joroba electrónica nos afecta a todos y cada uno en mil cosas, amén de poner en peligro al planeta en su conjunto.
Salvo el Primer Ministro británico Blair que ¡quiere enviar tropas a servirle en Irak! y cuya permanencia en el puesto es incomprensible dado que millones de ingleses detestan a Bush y se lo muestran en manifestaciones y con la también excepción del presidente ruso Putin que lucha contra el problema secular de los chechenos, pero le conviene decir que son “terroristas actuales”, todos los países de la UE se oponen abiertamente a la reelección de Bush.
Y es que así como su gurú Ariel Sharon ha levantado una nueva ola de antisemitismo mundial, Bush ha exacerbado el odio al Tío Sam en el mundo. Ya se sabe que a él y millones de gringos les vale, pero si lo reeligen tendrán que cambiar de opinión.
Antes de votar por Bush, sus partidarios deberían pensar que el odio de todo un planeta pesa. Y no se puede en la globalización pensar nada más en el pedacito de cada quién.
Dirigida a Florida iba o va, según la fugaz información, la “certificación por antisemitismo”.
Estaría dedicada a los votantes de ese estado con 27 consejeros electorales, feudo del hermanito Jeb, en donde se decidirá como en 2000 ¡ya detectaron las mismas trampas! la elección.
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Florida es una de las tres regiones del planeta después de Nueva York e Israel, con mayor población judía. Bush que anuló total y racistamente el voto negro en 2000, en ese estado familiar, manipuló en cambio el voto judío y ahora quiere volver a lo mismo, a lograr el de muchos ancianos, amigos o casi del alemán Alzheimer.
Y es que aunque el estado haya vuelto a tener una gran vitalidad y creatividad, gracias a mucha gente vibrante, judíos o no, también es verdad que ahí viven muchos judíos retirados. Pero ¿acaso cree que los judíos más jóvenes y cultos, preocupados por el paquete que les avienta Sharon con todo y que hoy se retira de Gaza, se tragan aún ese tipo de píldoras electorales?
Entre los judíos tanto en Israel como fuera, Sharon es ampliamente reprobado y detestado. Por su parte, otros antiguos partidarios de Bush, los cubanos que han hecho de Miami una superciudad, ya entendieron que si Bush les prometió la cabeza de Fidel Castro, aún no la consigue y en cambio les ha dado, niños descuartizados en Irak y les regala cientos de casas destruidas en Palestina.
¿Eso quieren? Sin hablar de atentados, el Patriot Act, falta de empleo y una baja impresionante del nivel de vida. Bush sigue teniendo de su lado, según las encuestas, a los muy ricos a los que no les cobra los impuestos debidos y a una parte belicosa y fanática de la masa media, pero ningún gringo pensante cubano, judío, budista, negro, blanco o colorado, está ya con él.
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