Las declaraciones de ambos no serán grabadas ni bajo juramento.
28 de abril 2004.
Washington, (EFE).- El presidente de EU, George W. Bush, y el vicepresidente, Dick Cheney, comparecerán juntos el jueves ante la comisión que investiga los ataques del 11 de septiembre de 2001 para responder en secreto a las preguntas de sus integrantes.
"Será una gran oportunidad para que estas personas ayuden a elaborar un informe que sirva para que futuros presidentes lidien con las amenazas terroristas", afirmó hoy Bush en unas breves declaraciones, en las que dijo estar "preparado" para comparecer.
Por razones de seguridad no se ha anunciado dónde estarán los dos funcionarios, pero la Casa Blanca al parecer ha determinado que más importante que ello es que estén juntos para atender la curiosidad de los 10 miembros de la comisión bipartidista.
La sesión comenzará a las 13.00 GMT y, aunque a pedido de la Casa Blanca no se tomarán actas taquigráficas ni se grabarán las conversaciones, los miembros de la comisión podrán tomar notas.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, dijo que Bush no hará una declaración inicial sino que responderá a las preguntas, y que espera que los comisionados dirijan la mayor parte de las preguntas al presidente.
Bush se opuso enérgicamente al establecimiento de esta comisión bipartidista, y cedió a finales de 2002 ante las presiones del Congreso.
Desde entonces, la Casa Blanca ha demorado la entrega de documentos a los investigadores, y se resistió a que prestara testimonio público y bajo juramento la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.
La comisión ha entrevistado a decenas de personas, incluidos el ex presidente Bill Clinton y el ex vicepresidente Al Gore, quienes también declararon en sesión a puerta cerrada y sin juramento, aunque sí hay registro grabado.
Fuentes allegadas a la comisión han indicado que Clinton dijo que él le advirtió a Bush, durante la transición en enero de 2001, de que la red terrorista Al Qaeda presentaba el problema más grave para la seguridad nacional de EU.
La comisión busca determinar cuáles fueron los fallos de los servicios de seguridad de EU que permitieron que los terroristas llevaran a cabo sus ataques, y qué se ha hecho y puede hacerse para impedir que ocurran otros ataques de ese tipo.
El presidente de la comisión, Thomas Kean, ha dicho que dado que la Casa Blanca insistió en la comparecencia conjunta del presidente y el vicepresidente, él espera que "Bush le ayude a Cheney con algunas de las respuestas".
Pero algunos críticos del gobierno de Bush sostienen que el verdadero propósito es que Cheney impida que Bush diga algo inconveniente.
McClellan dijo que, dado que el 11 de septiembre de 2001 el presidente y el vicepresidente estaban en diferentes partes del país y se mantuvieron separados después de los ataques, la comparecencia conjunta permitirá que den sus relatos complementarios de lo ocurrido en esa jornada.
Tim Roemer, un miembro demócrata de la comisión, dijo que espera que Bush y Cheney expongan sus ideas para los cambios que deberían hacerse en el gobierno a fin de que mejore la prevención de los ataques terroristas.
La comisión, que concluirá su trabajo el próximo 26 de julio con un informe final, ha entrevistado entre otros al director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), George Tenet; el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, y el secretario de Estado, Colin Powell.
También, a comienzos de abril, escuchó el testimonio de Richard Clarke, quien fuera el jefe de antiterrorismo en el Consejo de Seguridad Nacional hasta hace un año.
En su declaración y en un libro publicado simultáneamente, Clarke afirmó que el Gobierno de Bush no prestó atención suficiente a la amenaza terrorista.
Las investigaciones y audiencias han evidenciado profundas discrepancias entre la CIA y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), falta de cooperación entre los diferentes organismos de espionaje y seguridad, e indecisiones en los gobiernos de Clinton y Bush.