Se niega el 50 por ciento de las tropas de seguridad locales a combatir al lado de EU contra sus compatriotas.
EL SIGLO DE TORREÓN
AGENCIAS
BAGDAD, IRAK.- La violencia se desborda en Irak según se acerca el 30 de junio, fecha de la transferencia de algunas competencias a un Gobierno iraquí. Ayer una cadena de atentados estremeció a la ciudad de Basora. Las explosiones de cuatro coches bomba irrumpieron en el camino de los transeúntes dejando a su paso el sonido de los llantos, al cobrar la vida de al menos 71 personas.
Pasadas las siete de la mañana, con las calles repletas, tres coches bomba conducidos por suicidas estallaron simultáneamente frente a comisarías en la sureña ciudad iraquí de Basora. Al menos 68 personas, más de una decena de ellas niños que acudían al colegio en un autobús escolar y varios policías, murieron y 100 resultaron heridas. Minutos después, un cuarto vehículo-bomba hacía explosión en la vecina localidad de Zubeir, a unos 20 kilómetros al sur de Basora y mataba a tres iraquíes, dos de ellos agentes de policía y causaba heridas a seis personas, entre ellos cuatro soldados británicos.
Aunque los objetivos eran tres sedes policiales de Basora -dos en el distrito de Ashar y una en el centro histórico de la ciudad- y una base de entrenamiento de agentes en Zubeir, es evidente que a los terroristas no les importaba matar a decenas de civiles.
Un testigo presencial, el estudiante Osama Abdelkrim, dijo que la explosión frente a una de las comisarías “había causado la destrucción casi total de uno de los edificios”. Aunque los militares británicos suelen trabajar en las comisarías, ninguno fue herido en los ataques de Basora. En Zubeir, cuatro soldados sufrieron heridas, dos de ellos de gravedad. Cuando algunos uniformados del Reino Unido se aproximaron a los lugares de los atentados, fueron recibidos a pedradas y tuvieron que retirarse.
El gobernador de Basora, Wael Abdelatif, responsabilizó a la organización terrorista Al Qaeda de los atentados. Y afirmó que otros dos coches cargados de explosivos pudieron ser desactivados. El recién nombrado ministro del Interior del Consejo de Gobierno provisional iraquí, Samir Shakir Mahmud, aseguró, en conferencia de prensa en Bagdad, que los autores de la matanza “quieren sumir a Irak en el caos”. “Serán llevados ante la justicia”, añadió, “para acabar con este cáncer que invade el cuerpo de Irak”.
Violencia en Faluya
La violencia también despertó ayer a los habitantes de la sitiada ciudad de Fallujah, atacada por aviones de combate y artillería estadounidense.
Los marines que rodean la ciudad respondieron con fuego pesado a un ataque con lanzagranadas y cohetes lanzado al amanecer por un grupo de unos 40 insurgentes contra una posición norteamericana vecina a la ciudad.
Helicópteros artillados clase “Cobra”, apoyados por tanques y blindados, atacaron el barrio de Julan, donde murieron nueve insurgentes.
El ataque supuso ayer que las tropas norteamericanas volvieran a cerrar el único puesto de control que permite el acceso a la ciudad y que sólo diez familias pudieran entrar en Fallujah. Otras seiscientas de las miles que abandonaron la ciudad quedaron a la espera, explicaron fuentes militares estadounidenses.
Dejan sus puestos
Otro grave problema que enfrentan las tropas de la Coalición es la renuente cooperación que muestran las tropas de seguridad iraquíes, aproximadamente la mitad de sus elementos se ha negado a combatir junto a los soldados de Estados Unidos (EU) y sus aliados para sofocar la reciente ola de violencia en Irak, reconoció ayer un jefe militar estadounidense.
El general Martin Dempsey, jefe de la primera División Acorazada, señaló que en torno al 40 por ciento de los miembros de las fuerzas de seguridad dejaron sus puestos porque se sentían intimidados.
Además, aproximadamente un diez por ciento de los policías o soldados iraquíes trabajaban en realidad contra EU y los demás miembros de la Coalición, según explicó el general.
Dempsey, cuya división permanecerá en Irak tres meses más del período de un año previsto inicialmente, confesó que es muy difícil convencer a los policías y soldados iraquíes a “tomar las armas contra sus compatriotas”.
Por otra parte, el anuncio de la retirada de las tropas españolas, hondureñas y dominicanas ha creado confusión en la postura militar de Polonia, que manifestó ayer sus dudas sobre la permanencia de sus fuerzas en ese Estado árabe, algo que consideró se debe analizar según las circunstancias.
El primer ministro polaco, Leszek Miller, admitió que esas decisiones, sobre todo la de España, deben llevar a su país a evaluar la situación.
Miller afirmó que no se puede obviar el repliegue de los militares de otros Estados y consideró que la retirada de las tropas polacas debe decidirse de acuerdo con el desarrollo de los acontecimientos.
También consideró que Estados Unidos debe prestar más atención a buscar una solución política al conflicto iraquí, al considerar que esa es la vía para resolver la grave situación y no la militar.
Fuerza insurgente
A pesar de que el líder shiita Muqtada al Sadr, anunció el martes que sus milicianos no atacarán a los soldados de los países que plantean retirarse de Irak, una base española situada en el sur de Irak fue atacada dos veces durante la noche pero sin que ocurrieran muertes, informó ayer un vocero de la fuerza multinacional.
Las fuerzas de la Coalición no pudieron localizar a los atacantes, que dispararon varios proyectiles de mortero contra la base de Nayaf ocupada por la Brigada Plus Ultra, que agrupa además a fuerzas de El Salvador, República Dominicana y Honduras.
En comunicación desde Nayaf, el coronel Wilfredo Calderón indicó que varias granadas cayeron a unos 200 y 350 metros de la base y añadió que “damos gracias a Dios porque nos ha cuidado y guardado”.
“Siempre ha habido riesgo, pero siempre es manejable, es parte de una misión militar y como soldados debemos tener capacidad de hacerlo, administrarlo y minimizarlo”, dijo Calderón, quien en febrero pasado viajó al frente del segundo contingente hondureño a Irak.
