Se trata del "pez más gordo" de ETA capturado en años de esta organización debilitada por sucesivos golpes.
03 de octubre 2004.
Bayona (Francia), (EFE)- El minucioso registro de varios escondites de armas, explosivos y otros materiales de ETA continúa hoy en el suroeste de Francia, tras la captura del "número uno" de la banda y su compañera, en un fortísimo golpe asestado a la organización terrorista vasca debilitada ya por sucesivos arrestos.
Se trata de Mikel Albisu, "Mikel Antza", considerado como el máximo dirigente de ETA, y de Soledad Iparraguirre, "Anboto", a la que el Ministerio español del Interior llama "una de las componentes más sanguinarias de la banda terrorista".
"No esperábamos" dar con "Mikel Antza", dijeron a EFE fuentes próximas a la investigación.
La policía no sabe todavía si él y "Anboto" estaban de paso en la casa de Salies-de-Béarn (cerca de Orthez) donde fueron detenidos con otras dos personas que les albergaban, o si vivían allí de forma habitual, como pueden sugerir los materiales hallados en la vivienda.
En la casa no estaba el hijo de la pareja a las seis de la mañana, cuando se practicó la detención, en el marco de un amplio operativo que, según la policía francesa, se saldó con el arresto de otras quince personas en el suroeste galo y otra en España, o con un total de 21, según el recuento español.
La diferencia puede radicar en que algunas personas estaban de visita en las casas intervenidas por la policía que, después de interrogarlas, las dejó libres.
En la operación, fruto de una "importante" y prolongada labor de "información" previa realizada por la policía francesa en "estrecho contacto" con las fuerzas de seguridad españolas, en especial la Guardia Civil, según el Ministerio galo del Interior, fueron incautadas "armas de guerra", documentación y mucho dinero.
En uno de los siete escondites registrados había unas 50 armas, entre ellas lanzamorteros y lanzagranadas, fusiles de asalto y ametralladores, amén de una gran cantidad de munición.
En Ayherre (País Vasco francés), la policía encontró dinamita "inestable" y, por tanto, peligrosa, procedente del robo de 1,6 toneladas del explosivo de la sociedad Titanite robadas cerca de Grenoble (sureste francés) en marzo de 2001, señalaron las fuentes.
Los artificieros revisaron los siete escondites, antes de que especialistas emprendieran su minucioso registro (no sólo de los materiales sino también de las huellas dactilares o genéticas), que se prolongará varios días, precisaron.
La juez antiterrorista Laurence Le Vert, especializada en sumarios de ETA, se personó en todos los escondites descubiertos y acudió también a la granja de Salies-de-Béarn para su registro, en presencia de "Mikel Antza" y "Anboto", ambos de 43 años.
Todos los accesos a la casa, ubicada a las afueras del pueblo y compuesta de una parte principal "alquilada" y de una dependencia donde vivían los dueños, estaban bloqueados por la policía.
Los vecinos acogieron con estupor la revelación de la identidad de la pareja, acompañada por un niño, que había aparecido "hace algún tiempo" en la granja de patos.
"Mikel Antza", considerado como el jefe del aparato político de ETA tras la desarticulación de la cúpula, en 1992 en Bidart (País Vasco francés), había eludido una redada el pasado abril.
La captura del "número uno" de ETA es "un golpe enorme para el futuro" de la banda, dijo Jean Chalvidant, autor del libro "ETA, l'enquete" (2003), que saldrá próximamente en España.
Se trata del "pez más gordo" de ETA capturado en años, afirmó a EFE Chalvidant, que calcula que la banda, debilitada por sucesivos golpes, tardará "entre seis meses y dos años en reponerse".