El arsénico y el flúor en el agua han sido un problema de años y años y sólo sale a relucir en épocas electorales y sigue sin resolverse por falta de voluntad política, explicó María Elena Pérez López, investigadora del área Ambiental del CIIDIR-IPN.
Sin embargo, lo cierto es que el flúor causa descalcificación de los huesos y el arsénico cáncer en distintos órganos, según un estudio que realizó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
No sólo el estudio que realizaron investigadores de la Universidad de San Luis Potosí confirmó los altos niveles de flúor y arsénico en nueve comunidades rurales de Durango, sino que una investigación, que se llevó a cabo en el país, realizada por Adrián Ortega Guerrero, investigador del Centro e Geociencias del Subsistema de Investigación Científica de la UNAM, en mayo del 2004, Durango figura dentro de los estados que presentan altos niveles de arsénico y flúor, así como Zacatecas, Aguascalientes, San Luis Potosí e Hidalgo.
En dicho estudio determina que las causales de la presencia natural de ambos minerales en el agua es debido a que se está extrayendo de mantos acuíferos de más de diez mil años de antigüedad, que se encuentra a mayor profundidad, entre 100 y 300 metros. El nuevo paradigma, explica, es que no se están renovando los mantos freáticos que se están consumiendo con las lluvias.
Las precipitaciones pluviales normales sólo pueden alcanzar una infiltración aproximada de los 50 centímetros de profundidad. Para que el agua de lluvia pueda infiltrarse hasta 100 a 300 metros, se requieren entre 200 y 300 años.
También el investigador refiere en su estudio que el arsénico causa distintos tipos de cáncer como el de piel y deformaciones permanentes, mientras que el flúor ocasiona debilidad en los huesos (a la larga osteoporosis), así como en los dientes.
María Elena Pérez López no dudó en mencionar que hace algunos años se presentó en Durango la investigadora Patricia Ostrosky, también de la UNAM, quien hizo interesantes estudios en el estado de Durango; uno de los más alarmantes fue en el municipio de Tlahualilo, donde documentó con fotografías la pérdida de miembros, a causa de la ingesta de arsénico en agua, pero hasta el momento las autoridades correspondientes no han hecho nada al respecto.
Patricia Ostrosky muestra en su estudio de la UNAM que el consumo de arsénico, aunque sea en cantidades pequeñas durante mucho tiempo, causa en un lapso aproximado entre diez y 15 años cáncer de piel, de vejiga e hígado.
Menciona a su vez que la Norma Oficial Mexicana 127 SSA estima que las cantidades de arsénico no deben sobrepasar los 50 microgramos por litro de agua, que es igual a 0.05 miligramos por litro, cifras que se establecen en comunidades que identificó la Universidad Autónoma de San Luis Potosí en la ciudad de Durango. El estudio de Ostrosky también muestra que los niveles que existen en Santana, en la Comarca Lagunera, es de 408 microgramos por litro.
INVESTIGACIÓN
Complejidad del estudio
Para establecer los efectos nocivos que puede tener el consumo de arsénico en agua en seres humanos debe realizarse un protocolo de investigación extenso que no sólo tiene que cumplir con un análisis y muestreo de este líquido, sino también determinar otras variables que pueden incidir o no en los efectos que puede tener una persona.
También hay arsénico en otros productos como insecticidas y herbicidas. Puede existir este mineral en otros alimentos o bebidas, de tal modo que para obtener resultados objetivos de los efectos en las personas, debe existir una minuciosa investigación, que de cualquier modo no exime a las autoridades en hacer cumplir la Norma Oficial Mexicana, según estimó la investigadora del Centro Interdisciplinario de Investigaciones para el Desarrollo Integral Regional (CIIDIR-IPN).