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Cambiar es de tontos

Fidencio Treviño Maldonado

Nuestra clase política sigue con sus costumbres y usos y a nadie de los etiquetados como políticos les interesa cambiar, “no quiero que me den, nomás que me pongan donde hay”, “si los otros roban, yo por qué no” y otros dichos triviales escuchados por parte de los que forman la familia política nacional con la exhalación extrema que otorga el poder de un puesto público. Sin mostrar asombro y sin remordimiento alguno los personajes, funcionarios o no, en la administración pública, siguen en el camino más fácil, con la pasma y con el sello de megalomanía. Ahora que los funcionarios y recuas que les acompañan se olvidaron de gobernar y se dedican a grillar para su bienestar. La casta divina sigue igual o peor que antes. Es para dar miedo el aplomo con el que mienten los funcionarios que administran la empresa llamada México y no sólo frente a las cámaras de los “amarradores de navajas”, en que se han convertido los comunicadores de televisión para ganar adeptos, sino ante las mismas Cámaras del relajado Honorable Congreso de la Unión y al pueblo mismo.

La triangulación de la lana y movidas en los programas de la Lotería Nacional, Fundación Vamos México y el fideicomiso Transforma México son gambetas que las envidiarían los brasileños Pelé, Vava y Didí en el mundial de Chile en 1962. Queda demostrado una vez más que el paroxismo y nepotismo sigue garante y en México vigente la Diarquía (sistema de Gobierno donde dos personas ejercen el poder: Fox y Martita) con ello se trabaja y usan los dineros del pueblo. Como cascada siguen dándose los yerros en la cúpula y el pueblo paga sin deberla las consecuencias, a cuatro años del mandato, Chiapas no se arregló ni en 15 minutos que pregonaba Fox ni en los más de 1,400 días que lleva como Presidente, la pobreza sólo eufemísticamente en el romanticismo de las cifras ha cambiado, el crecimiento en retroceso y la corrupción igual a la que campeó en el sistema dictatorial que mantuvo el PRI por más de 70 años, con excepción que en esos períodos priistas no existían videos que evidenciaran la rapiña que llevaron a cabo en su tiempo, lo que nos lleva a concluir que en nada ha cambiado, sólo son otros los que gobiernan con distinto color pero con el mismo sello de truhanes.

La señora Laura Valdés, encargada de la Lotería Nacional más fresca que una lechuga declara que lo único que les pide a los mexicanos y mexicanas es que tengan fe, que sólo fue un trasiego de más de 450 millones “para lo mismo”. Por otro lado el Fideicomiso Transforma México y Vamos México son la misma gata sólo que revolcada una y la otra con dos patas, lo que demuestra una vez más que en nuestro país la Ley es para una mayoría. Y la gracia de la justicia para los amigos.

Son muchas las razones que llevan a las personas a actuar de esa manera y éstas se revelan en sus desvaríos de megalomanías y en su irrealidad predican con la mitomanía. Muchos políticos son de tenerles miedo, sobre todo aquéllos cuyo pensamiento con ideas inmateriales (todos los pensamientos no tienen materia, según Descartes) los quieren llevar a cabo, entonces es cuando las ideas aterrizan y cometen cada burrada que Dios salve la hora.

Es por ésta y otras miles de razones que los funcionarios y personajes públicos no tienen necesidad de cambiar, no pretenden ni siquiera salirse de ese conductismo falaz en que se encuentra atascada la política nacional y con ella las grandes reformas que el país requiere. Más allá de no vivir en el error es lo que sin duda mantiene esta cofradía de mequetrefes al mando de una mansa nación es llevar un dicho como dogma: Cambiar es de Tontos.

Correo electrónico:

linga_1031@hotmail.com

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