Vaya primera semana que hemos tenido en Roland Garros allá en la ciudad luz. Al iniciarse el lunes pasado el segundo Grand Slam del año en curso podemos decir que las sorpresas están a la orden del día en ambas ramas, ya que cuando apenas estamos asimilando una ya tenemos la otra encima.
Empecemos con la pronta eliminación del maestro Andre Agassi en primera ronda. A pesar de haber tenido una temporada de preparación poco aceptable en arcilla el maestro se enfrentó al número 271 del mundo por lo que se puede concluir que Agassi dejó de realizar lo que sabe hacer y que esto fue excelentemente aprovechado por su victimario francés, Jerome Haehnel.
Después el martes somos asombrados por un encuentro kilométrico entre los franceses Fabrice Santoro y Arnaud Clement que parecía que les habían dicho que el partido tenía que cumplir con las horas de un día laboral, ya que los angelitos estuvieron en la cancha durante seis horas y treinta y tres minutos, abarcando dos días porque el lunes se les acabó la luz así que tuvieron que darle duro y macizo el martes para llevar a cabo la feliz terminación del partido más largo en individuales de la historia desde que se instauró la muerte súbita superando por once minutos al del niño malo del tenis, John McEnroe y Mats Wilander en la disputa de la Copa Davis en el año 1982.
Después pensamos que para sorpresas ya habíamos tenido suficiente, pero para nada, ya que el miércoles nos enteramos que la belga número uno del orbe, campeona defensora y preclasificada también en la posición de honor, Justine Henin-Hardenne, era eliminada en la segunda etapa ante la italiana Tatiana Harbin, quien posee un estilo de juego muy conservador; por lo que la falta de energía debido a una infección sufrida por Justine ayudó para que Garbin se adjudicara la más grande victoria en su trayectoria. Esta es la primera vez que la sembrada número uno no avanza a la tercera ronda en los 96 años que los singles femeninos tienen de jugarse.
Todavía el mismo miércoles, unas horas después, queda fuera del torneo Andy Roddick segundo sembrado y favorito para llevarse la corona a su casa, lo cual tendrá que esperar hasta el próximo año, ya que otro francés, Oliver Mutis, le puso un hasta-aquí-llegaste al norteamericano. Así que los franceses se convirtieron en una pesadilla para los muchachos del vecino país del Norte en esta edición del Roland Garros.
Tengamos en mente que el miércoles apenas se ha cumplido la mitad de la segunda etapa del torneo en individuales y que ya para esta fecha todos los jugadores norteamericanos en dicha rama ya habían sido eliminados. ¿Estupefactos? Pues sí, porque esto jamás había sucedido desde el inicio de la Era Abierta allá por 1968, por lo tanto, es la primera vez que ningún norteamericano avanza a la tercera ronda de una competencia de Grand Slam desde dicho año.
El jueves y el viernes parecía que la normalidad regresaba, pues no, debido a que ayer sábado nos hemos quedado sin preclasificado número uno del Abierto Francés y el catalogado como el mejor jugador del planeta a la fecha, el suizo Roger Federer, quien sucumbió ante el brasileño Gustavo Kuerten en tres mangas por un triple 6-4. Federer, actual campeón de Wimbledon y del Abierto Australiano y que recién se había llevado el torneo de la serie para maestros de Hamburgo en superficie de arcilla, se perfilaba como posible finalista en París, pero el triple campeón del Roland Garros, Kuerten, cuya lesión en la cadera volvió a ocasionarle problemas haciendo más aparatosa la caída de Roger, salió en un día inspirado y con su juego de fondo de alto riesgo mandó a Federer a su casa a descansar.
Y ya para terminar estos seis primeros agitados días de los catorce en total que dura Roland Garros, hemos quedado enormemente agradados porque también es la primera vez que cuatro argentinos alcanzan la cuarta etapa en el Abierto Francés, es decir, quedan entre los dieciséis mejores Gastón Gaudio, David Nalbandián, Juan Ignacio Chela y Guillermo Coria, quien por cierto no ha cedido un solo set en las tres primeras etapas.
Curiosidades del deporte blanco
Sabían ustedes que solamente dos jugadores han ganado el Abierto Francés en singles sin perder un solo set en el camino: Ilie Nastase en 1973 y Bjorn Borg en 1978 y 1980.
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