El gobierno del presidente Jean-Bertrand Aristide guarda silencio ante el caos y la violencia que se vive.
27 de febrero de 2004.
Puerto Príncipe, (EFE).- Puerto Príncipe se convirtió hoy en una ciudad azotada por la violencia, sin que la comunidad internacional haya dado pasos decididos para tratar de pacificar a Haití, que ha quedado fuera del control del presidente Jean-Bertrand Aristide.
Al menos una decena de muertos y varios heridos, saqueos generalizados y caos absoluto han sido las notas dominantes de la jornada en Puerto Príncipe, mientras persiste la situación de tensión y violencia en varias ciudades de Haití.
Confusión, tiroteos, saqueos, cierre masivo de comercios y dificultades para el suministro de alimentos y ayuda humanitaria formaron parte hoy del paisaje de Puerto Príncipe, una ciudad de 2.5 millones de habitantes, prácticamente paralizada y en manos de grupos armados incontrolados partidarios de Aristide.
Los ataques han afectado a las gasolineras, las cuales han sido incendiadas, lo que ha interrumpido el servicio público de combustible en muchas partes de la capital, donde la mayoría de los barrios se quedó sin electricidad.
Todo esto se produce sin que los rebeldes del ex comisario de policía Guy Philippe hayan llegado a la ciudad, en medio de un laberinto de barricadas junto a las que deambulan grupos de partidarios de Aristide que detienen, registran o atacan a cuanto transeúnte que se aventure a ir por la calle.
Los grupos incontrolados se han cebado con los periodistas extranjeros, que han sido víctimas de agresiones, registros, robos, tiroteos e incluso un fotógrafo resultó herido al recibir un machetazo en un brazo, lo que ha obligado a los informadores a refugiarse en los hoteles para proteger su seguridad.
Un alto funcionario de la Secretaria de Estado de Seguridad Pública que no quiso ser identificado dijo que la Policía está debilitada ante el caos que existe en Puerto Príncipe.
La policía "ha fracasado en varios lugares del país", al aludir a la pérdida del control en las ciudades del centro, norte y parte del sur de Haití, que desde el pasado día 5, cuando cayó Gonaives, han sido controladas, una tras otra, por los rebeldes anti-Aristide.
Sin embargo, la comunidad internacional no ha tomado aún medidas claras para evitar un baño de sangre ante la inminente llegada de los rebeldes a la capital. Varios gobiernos instaron a Aristide a dejar el poder para evitar la violencia.
Fuentes del Pentágono dijeron que hoy mismo se podría ordenar el envío de una fuerza de 2 mil 200 infantes de Marina a bordo de tres buques para situarse en las inmediaciones de las costas haitianas, los cuales tardarían entre cuatro y cinco días en llegar.
Varios países se preparan para recibir a cientos de refugiados. La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Cuba acondicionó campamentos para unos 750 haitianos.
Por el contrario, el gobierno de EU anunció que está en proceso de repatriar a 531 haitianos interceptados en el mar por la Guardia Costera esta semana a pesar del caos que reina en el país caribeño y a la petición de no hacerlo de Human Rights Watch.
Francia pide renuncia de Aristide
Francia urgió hoy diplomáticamente al presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, a abandonar el poder para "evitar una espiral de violencia que sería incontrolable" e insistió en que se trata de una medida de "total convergencia" con EU y Canadá.
El jefe de la diplomacia francesa, Dominique de Villepin, se reunió con una delegación del Gobierno, encabezada por su colega haitiano, Joseph Philippe Antonio, a quien resaltó la "urgencia que existe en avanzar en la búsqueda de una solución política".
Villepin "ha recordado que es a Aristide, que tiene una gran responsabilidad en la situación actual, a quien corresponde sacar las consecuencias", según Hervé Ladosus, portavoz de Exteriores, tras la reunión, en la que también participó Jean-Claude Desgranges, director del gabinete presidencial.
Villepin, que tenía previsto entrevistarse también y por separado con miembros de la oposición haitiana, no pudo finalmente reunirse con ellos, por problemas de vuelos desde Puerto Príncipe. "Seguimos abiertos a esa reunión, que prevemos que se lleve a cabo la próxima semana", explicó el portavoz.