?Qué delicados... ni aguantan nada... tienen piel de gallina?.
Esas frases eran usadas apenas hace unos días por el jefe de Gobierno para burlarse de la reacción del Gobierno Federal ante sus declaraciones sobre el caso Tláhuac.
Se burló a sus anchas y movió su dedito, hasta que recibió el primer quitarrisas con la destitución de Marcelo Ebrard como jefe de la Policía del DF.
No le gustó a Andrés Manuel López Obrador, quien aún desafiante dijo que no se desharía de Marcelo, a quien le buscaría una chamba junto a él en el Gobierno del DF.
Pero cuando se enteró de que la acción contra su ex jefe de Policía va más allá de la simple destitución, ?el peje? se salió de sus casillas y se puso delicado, con piel de gallina y sin aguantar nada, igualito que sus adversarios.
¿Por qué defiende tanto Andrés Manuel a Marcelo Ebrard?, pues porque es quien le haría la operación política en el DF, sobre todo ahora que René Bejarano está tras las rejas.
De todos es sabido que Ebrard tiene una gran influencia entre algunos grupos corporativos de la Ciudad, especialmente con los vendedores ambulantes.
Además no es un secreto que durante años las dependencias que han funcionado como caja chica de los gobiernos capitalinos han sido la SSP y el transporte público.
Desde los años de los regentes del PRI el dinero para las campañas salía de los concesionarios del transporte, básicamente taxistas y microbuseros, y de las aportaciones de la Policía.
Nadie desconoce las habilidades políticas de Ebrard, que es un hombre muy inteligente, que conoce a la perfección los recovecos políticos de la Ciudad, por lo que su encarcelamiento significaría un golpazo para López Obrador...
De ahí que el tabasqueño ande con la piel de gallina, haciendo corajes y atacando al Gobierno Federal y sus instituciones, a las que había prometido respetar.
Por eso tanta publicidad al operativo que simuló la policía del DF el viernes pasado, con notario y todo, para demostrar que con el tráfico de la Ciudad hubiera sido imposible llegar a Tláhuac en menos de una hora 40 minutos.
Parece que el Gobierno del DF olvida lo que cualquier chilango sabe: los viernes la Ciudad es un caos, especialmente salidas como la de Zaragoza, donde se hizo el simulacro.
No es lo mismo llegar a Tláhuac un martes, día del linchamiento, que un viernes. Que no vengan ahora las autoridades locales a tratar de dar atole con el dedo a la población, si quieren hacer ese ejercicio que lo hagan en situaciones similares a las del día de la tragedia.
Ya no saben qué inventar para tratar de salvar a Ebrard de la cárcel.
Centavitos... Dicen las malas lenguas que otro que en breve caerá es Gabriel Regino, pues se rumora que el día de la tragedia los grupos de élite de la Policía del DF no estaban en sus cuarteles, sino en el lugar de los hechos. Que cuando menos 25 elementos de Fuerza de Tarea se encontraban desde las 19:30 horas en el sitio, pero que Regino les ordenó no intervenir.
Eran elementos de élite, entrenados para situaciones de riesgo, pertenecientes a los grupos Escudo y Perros, que hubieran podido sacar a los agentes...