Ha sido anárquico el crecimiento urbano de la capital.
En el crecimiento urbano de la ciudad de Durango no ha habido autoridad que actúe como tal y que ponga orden. Los intereses político-electorales de cada administración traen como consecuencia que se tolere el surgimiento de ese tipo de anomalías.
El desarrollo urbano de la capital del estado ha sido, con el paso de las décadas, en la total anarquía, sin apego a un instrumento de planeación a corto, mediano y largo plazos, según lo reconocen diversos sectores de la sociedad.
Hoy, a diferencia de hace diez, 15 ó 20 años, las invasiones de extensos predios ya no son comunes; ahora proliferan las invasiones “hormiga”, que se diversifican en la periferia de la mancha urbana.
El problema, reconocen los colegios de profesionistas y el empresariado local, provoca que las zonas invadidas se conviertan en “tapones” del desarrollo, a tal grado que en ocasiones su dañina ubicación irregular se detecte hasta tiempo después, cuando grandes obras de infraestructura se topan con estorbos para su construcción.
No obstante, la situación se acentúa ante la falta de opciones de vivienda propia de los duranguenses; sin embargo, esa necesidad ha sido el motivo perfecto para apoderarse incluso de casas de fraccionamientos o de viviendas semiconstruidas que tienen dueño pero no las habitan.
“Da coraje que esos líderes consigan mucho antes que cualquier otro asentamiento urbano establecido dentro de la ley, el suministro de servicios básicos por parte de las autoridades. Da coraje que sean impunes”, señala Eleazar Gamboa, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Por otro lado, el problema de la vivienda y el crecimiento desordenado de la ciudad lo han propiciado, en muchos de los casos los propios funcionarios encargados de regular el uso de suelo y el desarrollo de la mancha urbana, al permitir la instalación de nuevos fraccionamientos en lugares no aptos para construir y bajo dudosos estándares de calidad.
En la invasión abierta de un predio, sin mayores problemas, los “líderes” se apoderan de tierras ajenas, a veces por consigna o simplemente porque les gustaron para iniciar un nuevo negocio.
“Da coraje que esos líderes consigan mucho antes que cualquier otro asentamiento urbano establecido dentro de la ley, el suministro de servicios básicos por parte de las autoridades. Da coraje que sean impunes”.
Eleazar Gamboa,
presidente del Consejo Coordinador Empresarial.