Una vez más las autoridades mexicanas y las norteamericanas echan las campanas al vuelo en el tema del narcotráfico con el riesgo de sufrir una nueva y terrible decepción.
En la última semana se realizó una feroz persecución en contra de narcos en Baja California para capturar a dos de las cabecillas del cártel Arellano Félix y a siete de sus integrantes.
Son varias decenas de miembros de este cártel capturados en los últimos años, entre ellos varios de primer rango como Bejamín Arellano, Ismael “El Mayel” Higuera y Jesús Labra, pero lo cierto es que el famoso cártel sigue vivo y coleando.
Para la directora de la DEA, Karen P. Tandy, la organización Arellano Félix está arruinada debido a que uno de sus líderes está en la cárcel, otro muerto y ahora, nueve de sus allegados están bajo custodia.
Este último operativo realizado el reciente fin de semana en Tijuana ha sido ampliamente celebrado tanto en México como en Estados Unidos.
El procurador General de la República, Rafael Macedo de la Concha, dijo que entre los detenidos figuran los números uno y dos de la estructura del clan Arellano Félix: Efraín Pérez alias “El Efra” y Jorge Aureliano Félix conocido como “El Macumba”.
Según la DEA de San Diego, este operativo llamado “Águilas Unidas” fue resultado de la relación saludable entre esta dependencia y la Agencia Federal de Investigaciones de México, la AFI.
Con todo y estos inobjetables éxitos policíacos es muy aventurado y optimista hablar del fin del cártel Arellano Félix.
Su fuerza y penetración en la sociedad bajacaliforniana es evidente. Hace unos cuantos meses fue asesinado el ex subprocurador de dicha entidad, Rogelio Delgado Neri, en una escandalosa balacera ocurrida en un bar tijuanense.
De enero a la fecha más de cien personas han sido ejecutadas en Tijuana y sus alrededores, entre ellas varias mujeres con huellas de extrema crueldad, similar a las registradas en Ciudad Juárez.
En todo incidente relacionado con violencia y drogas -que son muchos en Baja California-, invariablemente surge el nombre de los Arellano Félix.
Algunos expertos en narcotráfico afirman que por primera vez en su historia los Arellano han permitido que otros grupos trafiquen en su territorio y que su eterno rival Ismael “El Mayo” Zambada de Sinaloa ha logrado fortalecerse paulatinamente.
Otros analistas mencionan que mientras Javier y Eduardo Arellano Félix sigan al frente de la organización, el clan seguirá vivo, ya que sus conexiones, intereses y el mercado ganado a lo largo de muchos años son muy importantes como para perderse en unos cuantos meses.
Según informes recientes, tanto Javier como Eduardo alternan sus viviendas entre México y Estados Unidos a pesar de ser hoy en día dos de los hombres más buscados por las autoridades de ambos países.
Así sucedió con el narcojunior Everardo “Kitty” Páez, extraditado en 2001. Al ser detenido en noviembre de 1997 declaró que vivía en San Diego en una casa rentada a su nombre y que cruzaba frecuentemente la frontera sin ser molestado a pesar de figurar en aquel entonces en la lista de los diez más buscados por el FBI.
Los californianos de ambos lados de la frontera ansían ver en serio el fin de la era Arellano Félix que ha dejado una larga y terrible secuela de violencia y daños a la sociedad.
Pero no son tan optimistas como las autoridades porque han visto una y otra vez como este cártel consigue fortalecerse a pesar de los embates en su contra.
Para mala suerte hay evidencias de que grupos colombianos están entrando a México para controlar directamente el tráfico de cocaína lo que significará el inicio de una nueva era de extrema violencia con los distintos cárteles mexicanos.
En medio de este desorden y disputa tampoco se observan nuevos esfuerzos en Estados Unidos para controlar el consumo de las drogas que a fin de cuentas sería el mejor remedio para liquidar al narcotráfico.
¿Hasta cuándo, pues, las fronteras habrán de sufrir las consecuencias de tan terrible actividad?
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