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Celebran chilenos mágica noche de San Juan

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SANTIAGO DE CHILE.- La Universidad Internacional SEK y el Archivo de Literatura Oral y Tradiciones Populares de la Biblioteca Nacional de Chile revivieron aquí la "Noche de San Juan", una ocasión donde la magia reina y "todo puede suceder".

La festividad, convertida en una expresión folklórica campesina y popular que une el canto a lo humano, la paya (canto popular), la oralidad y hasta el arte culinario, refleja el sincretismo propio de una religiosidad que mezcla lo pagano y lo divino.

La celebración tuvo lugar desde la noche del 23 y hasta las primeras horas del 24 de junio, pero las secuelas de la festividad palpitan en una oscuridad mágica y donde se penetra en el futuro, se ausculta la suerte y se percibe el destino.

La fiesta es familiar y en la sede de la Universidad Sek, en la precordillera de Los Andes, donde se congregaron unas 500 personas para celebrar y dejarse llevar por la ilusión.

"Esta noche se abre la puerta al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad, es la noche en que los entierros (tesoros ocultos) arden y los campos son bendecidos por el Bautista", dijo a Notimex la investigadora Fanny Canessa.

En esta fiesta se funde lo católico, el festejo de San Juan Bautista y todo lo que tiene que ver con los pueblos indígenas, los aymaras y los mapuches, que celebran en la fecha su Año Nuevo, dijo la catedrática universitaria.

La noche de San Juan marca el cambio al invierno austral y fue la más prolongada del año, pero el origen de la fiesta se remonta o coincide a los celtas, los egipcios o los pueblos escandinavos.

Es la fiesta de la tierra, de la fertilidad, de la fecundidad, la purificación, la petición de bonanzas y prosperidad y de alejamiento de los males.

Para muchas culturas no cristianas, la noche de ese día ha estado asociada a las hogueras, con la intención de aumentar la fuerza del sol -fuente de vida y calor- que después de ese día comienza a disminuir.

En las culturas indígenas mapuche y aymara, que celebran la llegada de su año nuevo se practican todo tipo de ritos vinculados a la purificación y a los beneficios de la madre tierra.

Para lograrlo, son imprescindibles las hogueras y el agua, las que se repiten en la celebración de la Noche de Año Nuevo del folklore campesino y popular chileno.

Una serie de rituales, que tiene como objetivo saber el porvenir y hasta si habrá matrimonio para los solteros, se celebra en la noche, mientras payadores (cantores populares) cantan y los "cuenteros" relatan sus mentiras fantásticas.

Los participantes en la fiesta pueden auscultar su suerte futura a través de una mancha de tinta en un papel, que debe ser doblado en cuatro, pero que luego debe ser interpretado por alguna persona "curiosa", es decir capacitada para leer el futuro.

En los hogares se puede también conocer el porvenir a través del reflejo creado por un espejo frente a un lavabo lleno de agua y alumbrado sólo por una vela.

El riesgo es que apareza en el espejo o en el agua la imagen del "malulo" (demonio), lo que provocará el consiguiente terror en los crédulos testigos del fenómeno, que debe tener los nervios bien templados.

Otra prueba de la noche de San Juan es saber como será la fortuna del consultante, que debe lanzar tres papas (una pelada, la otra a medio pelar y la tercera con cáscara) bajo la cama y a la medianoche debe sacar solo una.

El que saca "la peluda" tendrá un año floreciente, en tanto el que saca la totalmente pelada tendrá un año de pobreza, y el que saca la a medio pelar tendrá un año regular en lo económico.

La higuera es parte destacada de los rituales de la noche de San Juan que a partir de que a las 12 de la noche florece, pero sólo por un instante, de manera que quien quiera obtener esa flor, enriquecerse y ser feliz para el resto de sus días debe encontrarla.

Los valientes que busquen la flor deben vencer el miedo que le provocan gruñidos, gritos espantosos o las apariciones del diablo, serpientes y arañas, pero el afortunado tendrá buena suerte para siempre, aunque la flor desaparecerá terminado el encanto nocturno.

"Esta noche todo es posible. En esas horas nocturnas mágicas, en la que los espíritus salen de paseo, se producen fenómenos extraños", sostuvo Canessa, jefa de Carrera de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad Internacional SEK.

"La noche predispone a creer todo tipo de leyendas fantásticas, dejando lo racional de lado, explorando con la imaginación y la tradición", agregó.

Y la fiesta termina "como Dios Manda", con un suculento "estofado de San Juan", con carnes ahumadas de cerdo, ave, pajaritos y frutos secos, en una mezcla que sólo puede ser acompañada con vino "navegado", caliente y con naranja.

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