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MÉXICO, DF.- Apasionado y entregado a su familia, creyente en Dios y amante de la literatura y la poesía, se descubre el actor mexicano César Bono, quien es un icono de la comicidad en este país.
Nacido en la Ciudad de México el 19 de octubre de 1950, en el seno de una familia de raíces españolas, César Queijeiro Bono, que es su verdadero nombre, fue el último de tres hijos que procrearon César Queijeiro Estrada y María Rosa Bono. Su padre, quien aún vive, era industrial textil y mueblero y su madre fue comerciante, aunque tenía claras inclinaciones por la pintura y la literatura, comenta en entrevista.
Bono guarda bellos recuerdos de su infancia. "Era preciosa porque teníamos una enorme casa de campo por la que pasaba un río, situada junto a la Hacienda de Chinconcuac, Morelos, y ese contacto con la naturaleza me enseñó a apreciar y a disfrutar la libertad que te da por sí sola la vida", comenta.
En esa etapa de su vida, su madre lo acerca a la literatura, y a los nueve años ya leía a Federico García Lorca "con una increíble pasión, y desde entonces la lectura es uno de mis máximos placeres", señala.
Llegada su adolescencia, enfrentó el divorcio de sus progenitores, lo que lo hizo rebelde y dejó la escuela. Comenzó a trabajar al lado de diversos artistas como representante y se involucró en el negocio discográfico.
"Considero que no fue tiempo perdido porque aprendí mucho, pero todo terminó cuando hice un análisis de mi vida, y me di cuenta de que lo que quería era ser director de cine", y añade que esta decisión lo alejó temporalmente de su padre, quien deseaba que continuara con el negocio familiar. Primero, estudió actuación y jamás consiguió que Inglaterra lo becara para estudiar un posgrado en dirección, por lo que comenzó a trabajar como actor. "Eso pasó hace 37 años y heme aquí trabajando en lo mismo, y con la convicción de que he hecho todo lo que debía hacer".
Su juventud fue inolvidable pues conoció el amor en su máxima expresión. "Mi primer amor platónico fue una niña en el kinder que se llamaba Sonia, pero durante mi adolescencia conocí a una mujer que era tres años mayor que yo, y me dio un revolcón, porque a los 20 una chica ya es una mujer, y a los 17 años un hombre es un idiota".
Se casó a los 23 años "y todo mundo me decía que estaba muy joven, pero yo me sentía Superman, y 13 años después fracasó ese matrimonio, por lo que hoy sé que fue un error".
Nunca pensó en volver a casarse ni tener más hijos, pero "el destino ya lo tenía dicho y cuando menos lo esperaba llegó Paty a mi vida y decidimos contraer nupcias, y ya llevamos 16 años felizmente casados", presume con una sonrisa dibujada en el rostro.
Con satisfacción comenta que disfruta su vida junto a su familia, pues "me encanta ver a mis hijos, a mi esposa, a mi padre y a mis hermanas, porque son mi prioridad y por ellos y para ellos trabajo, y son el motor que me impulsa día con día a levantarme con la ilusión de darles todo lo que soy y todo lo que tengo".
Tiene cuatro hijos; dos de su primer matrimonio, María Rosa y María del Sol; y del segundo, César Patricio y Leonardo Patricio.
"He visto parir a mis dos esposas y es lo más maravilloso que me ha sucedido en la vida, pues es un verdadero milagro que Dios nos regala. Por ello, amo intensamente a mis pequeños y trato de enseñarles las cosas hermosas que hay en este mundo", dice emocionado.
Lo único que César Bono desea es que sus hijos se sientan orgullosos del padre que tienen, tanto como él se enorgullece de sus padres.
"Mi madre quedó huérfana a los 15 años, y a partir de entonces se hizo cargo de su hermano menor de nueve, en el tiempo en el que sucedía la masacre mundial durante la Segunda Guerra Mundial", explica.
Asegura que esas experiencias hicieron de ella una mujer sabia y amante de la vida, que "me enseñó a disfrutar del mar y la naturaleza, pero en lo que más énfasis puso fue en transmitirme su amor por el ser humano".
Supera obstáculos
Lo más complicado que César Bono ha tenido que enfrentar es la muerte de su madre, y con un nudo en la garganta y lágrimas que cobijan sus mejillas expresa: "tiene 18 años de fallecida y la extraño como un loco, porque era mi mejor amiga y a través de ella aprendí a amar a la mujer".
-César asegura que lo más difícil con lo que cualquier ser humano se enfrenta en la vida es con la muerte, "porque siempre te arrebata un amor y la herida no cierra jamás".
-El objeto más preciado que conserva es un libro que escribió en La Habana, Cuba, el único hermano de su madre, Manuel Bono, titulado Despertar, que contiene el poema "Dulce Claustro", dedicado a su fallecida abuela. "El que más me gusta es el de Hoy Recibí Carta de mi Casa, que le dedicó a mi madre".
-César dice "amo como un loco a mi familia, y por mis amores yo soy capaz de dar la vida, porque son todo lo que tengo y todo lo que quiero tener".
-En cuestión de virtudes, el actor prefiere que su esposa Patricia Castro lo describa. "Es un hombre sumamente noble y culto, y eso es algo sorprendente porque puede hablar de cualquier cosa sin temor a equivocarse, además siempre se sacrifica por los demás, sin esperar algo a cambio; es apasionado y entregado".
-Los defectos "son muchos" entre ellos están que "soy irritable, pierdo la cordura fácilmente porque soy muy explosivo, me cuesta mucho trabajo comunicarme y soy poco tolerante".
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