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México, DF.- El mexicano Jorge Negrete, considerado por la crítica como uno de los mejores cantantes de música vernácula de su país, quien también destacó como actor y dirigente sindical, y que triunfó en México, Cuba, Estados Unidos y España, nació hace 93 años.
?El Charro Cantor?, como es conocido dicho artista, quien siempre se rodeó de muchas y muy bellas damas, cuyas películas aún se siguen proyectando y sus canciones escuchando, vino al mundo en la ciudad de Guanajuato, el 30 de noviembre de 1911 y murió de una cirrosis hepática en un hospital de Estados Unidos, el cinco de diciembre de 1953.
A Jorge, como le decían sus allegados, se le considera como una de las figuras imprescindibles del cine mexicano del siglo XX y dejó un importante legado para la comunidad actoral.
Cada 30 de noviembre, aniversario de su natalicio, cientos de admiradores y seguidores suyos, se reúnen en el lote de actores, del Panteón Jardín, de la Ciudad de México, donde se están sus restos, para recordarlo. Lo mismo ocurre cada cinco de diciembre.
Según los expertos, Negrete y su rival cinematográfico Pedro Infante (muerto en abril de 1957), representaron el prototipo de lo que debía ser el mexicano en la llamada Época de Oro del cine mexicano (1940-1970): nacionalista, responsable, valiente, buen jinete, héroe, y sobre todo mujeriego, aunque siempre ?con un profundo respeto por el género femenino?.
De acuerdo con el artículo titulado ?México en el tiempo?, reproducido en una de las páginas de Internet dedicadas a Negrete, este artista formó parte de ese modelo de ciudadano mexicano que los productores y directores de cine, así como el mismo gobierno de aquel entonces, que encabezaba el presidente Lázaro Cárdenas (1934-40), quería proyectar.
Jorge comenzó su carrera fílmica en 1937 con la cinta titulada La Madrina del Diablo, y en 1941 grabó su primer disco denominado ¡Ay Jalisco no te Rajes!. Con ese filme, Negrete se consagró como actor y con ese acetato comenzó una carrera ascendente como intérprete.
A ese éxito taquillero le siguieron otras 43 películas, como Así se Quiere en Jalisco (1942); Cuando Quiere un Mexicano, Me he de Comer esa Tuna (ambas en 1944); No Basta ser Charro (1945); Allá en el Rancho Grande (1948) y Dos Tipos de Cuidado (1952).
Fue con todas estas cintas de corte ranchero, principalmente, aunado a su magnífica voz, como Jorge logró su internacionalización.
Cuba y España fueron los dos países donde tuvo mayor aceptación y en los que recibió diversos galardones, como la Orden de Comendador la Cruz Roja Cubana.
Así, Jorge se convirtió en un modelo nacionalista que adquirió dimensiones simbólicas de mexicanidad. Los mexicanos comenzaron a admirar, a respetar e identificarse con él.
Todos querían ser como él, señalan sus cronistas, y esto lo confirman con una supuesta encuesta realizada en aquella época entre las amas de casa, quienes afirmaban que les hubiera gustado tener un hermano o un hijo como Jorge Negrete.
?Basta recordar que durante muchos años, los niños iban a las fiestas de fin de curso disfrazados de charros y con el mechón de pelo, absurdamente engomado del lado derecho de la frente? como se personificaba Negrete en sus películas, se precisa en México en el tiempo.
El propietario de un restaurante de comida típica mexicana, que se localiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México, comentaba a menudo que a partir del éxito del ?Charro Cantor?, se incrementó de forma notable la venta de tequila, ya que Jorge lo tomaba en todas sus películas y que su influencia fue tanta, aun en el extranjero, que los turistas siempre incluían en su menú los frijoles charros.
Fue tal el fenómeno Negrete, que las estaciones radiales elevaron su rating con su música, la Plaza Garibaldi comenzó a gozar de gran popularidad y hasta los actores extranjeros buscaban disfrazarse de charros para adquirir mayor popularidad, expresa el artículo.
Sin embargo, la voz con la que fue privilegiado Jorge Negrete no fue por sí sola la que le dio la popularidad y el éxito del que aún después de muerto goza.
Cuentan sus biógrafos que incursionar en el ámbito artístico no fue nada fácil para él, no obstante que nació en noble cuna. Su padre, David Negrete, fue un teniente coronel de gran tradición y su madre, Emilia Moreno, también descendiente de militares, gozaban de amplia solvencia económica.
Respecto a su vida familiar, existen algunos aspectos de él poco conocidos, como sus antecedentes genealógicos que se remontan a una tribu de moros blancos que residía en Andalucía y que sirvió al rey Carlos V, quien para distinguirlos de los demás los llamó Los Negretes Por parte de su madre, sus antecedentes se remontan a los generales Pedro María Anaya, quien participó en la batalla de Churubusco y que es autor de la famosa frase ?si tuviéramos parque no estarían ustedes aquí?, refiriéndose a los militares estadounidenses que invadieron México.
Su familia estuvo formada por seis hermanos: David, Consuelo, Emilia, María Teresa y Rubén, quien murió al año y medio de nacido y sólo Jorge fue quien decidió dedicarse a la farándula, después de haber sido educado en los mejores colegios del país, estado en la milicia y abandonar su deseo de convertirse en médico.
De hecho, su entrada al mundo de la música fue circunstancial, derivado de sus dotes de conquistador que al perseguir a una joven allá por el año de 1930, lo condujo al estudio del maestro José Pierson, considerado como uno de los forjadores de varias generaciones de artistas mexicanos.
Al año siguiente, decidió abandonar la milicia y dedicarse de lleno al canto y la actuación, donde tuvo sus inicios en la XETR, una radiodifusora de poca potencia y escaso auditorio, según se cuenta.
Los temas que interpretaba eran óperas y romanzas y ese tipo de música que a la fecha tiene poco arrastre popular, por lo que subir escaños no fue nada fácil para él.
Con el tiempo conoció al empresario Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien le dio una oportunidad para cantar en la XEW, donde conoció a Emilio Tuero, Ramón Armengod, Juanito Arvizu, Agustín Lara, Gonzalo Curiel, María Greever y otros intérpretes y compositores que conformaron la llamada Epoca de Oro de la música mexicana.
En la XEW, Jorge insistió en cantar el género clásico, pero no tuvo éxito. Sólo gustaban algunas de sus interpretaciones: Júrame, Cuando me Vaya y algunas otras melodías de María Greever. Pero ni en broma lo hacían interpretar canciones rancheras, de las que habría de ser su más fiel exponente años más tarde, señalan sus biógrafos.
Su deseo por triunfar en el ámbito artístico se convirtió en obsesión y se mudó al extranjero donde realizó algunas participaciones que no tuvieron mayor impacto, dado el género operístico que interpretaba.
Su vida comenzó a dar un giro, tras su participación en La Madrina del Diablo, filmada en 1937, donde obtiene el primer crédito que comparte con María Fernanda Ibáñez, la única hija que tuvo la actriz Sara García y de quien se enamora, sin llegar al matrimonio.
Fue gracias a ese giro de la ópera a la música popular mexicana, cuando Negrete comenzó a vislumbrar el éxito, el cual alcanzó con la filmación de ¿Ay Jalisco no te Rajes!, donde conoce a a la actriz Gloria Marín, quien se dice, fue su verdadero gran amor.
En cuanto a su vida como líder sindical, se sabe que en 1945 los elementos agrupados en la Unión de Trabajadores de Estudios Cinematográficos de México, que conducía Enrique Solís, decidieron independizarse.
Mario Moreno, ?Cantinflas?, y el camarógrafo Gabriel Figueroa planearon el movimiento sindical, al que se sumó con entusiasmo Jorge Negrete, para luchar hombro con hombro, hasta conseguir de las autoridades el reconocimiento al actual Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica.
Dicho sindicato tuvo como primer líder a Mario Moreno y Jorge Negrete le sucedió, actividad que lo llevó a abandonar la cinematografía y sus presentaciones como cantante, a fin de lograr mejores condiciones de trabajo para el gremio.
