EFE
AUBURN HILLS, EU.- El título de campeones de la NBA ya tiene dueños: los Pistones de Detroit y su entrenador Larry Brown, quienes en cinco partidos demostraron ser muy superiores en todos los aspectos a Phil Jackson, el "hombre de los anillos", que dirige a los Lakers de Los Ángeles.
Los Pistones obtuvieron un nuevo título de liga después de 14 años de estar apartado de las finales, sin embargo el equipo de Detroit bajo la dirección de Brown ya ha logrado otros reconocimientos, que nadie le va a quitar.
El primero y más importante es que destruyeron por completo la aureola de "invictos" e "intocables" que tenían los Lakers desde que volvieron a disputarlas a partir del año 2000 para ganar tres títulos consecutivos con las superestrellas Shaquille O’Neal y Kobe Bryant como grandes protagonistas.
Los Lakers habían comenzado una nueva dinastía, que interrumpieron temporalmente, los Spurs de San Antonio, cuando el año pasado los eliminaron en las semifinales de la Conferencia Oeste.
Pero esta temporada se vengaron y después de haber perdido los dos primeros partidos de la serie se aprovecharon del desconcierto de los Spurs y con cuatro triunfos consecutivos los eliminaron para abrirse las puertas a las finales después de superar a unos devaluados Timberwolves de Minnesota, que tuvieron lesionados a sus dos mejores jugadores en los puestos de base y escolta como eran Sam Cassell y Troy Hudson.
Los Lakers habían alcanzado las finales por cuarta vez en los últimos cinco años y para nada les preocupaba el equipo que les podía tocar de rival como campeón de la Conferencia Este, que iban a ser unos sorprendentes Pistones, que fueron de menos a más en sus eliminatorias con los Bucks de Milwaukee, Nets de Nueva Jersey y Pacers de Indiana.
Pero desde que se disputó el primer partido de las finales en el Staples Center, los Pistones han surgido como un equipo que en el campo ha sido superior a los Lakers en todos los aspectos del juego al encontrar siempre la fórmula perfecta no sólo para ganarlos sino dominarlos.
Los Pistones son mucho más rápidos, más inteligentes, mejor organizados, menos egocentristas y por supuesto con una dirección muy superior desde el banquillo, donde está sentado Brown, el maestro de 63 años.
Por primera vez en muchos años, gracias a Brown y los nuevos “Chicos Malos” se pudo ver a un equipo que se pasan el balón entre todos los jugadores, que trabajan y luchan juntos en el campo para tener como resultado una ventaja de 3-1 en la eliminatoria al mejor de siete.
Los jugadores como Chauncey Billups, Richard Hamilton, Tayshaun Prince, Rasheed Wallace y Ben Wallace no sólo salen al campo para ganar sino para disfrutar del deporte del baloncesto que les ha enseñado Brown, sin que les preocupe el marcador final de cada partido.
"Después de cada partido siempre les he dicho a mis jugadores que disfruten del trabajo que hicieron y no se preocupen por nada más", subrayó Brown. "Otro recordatorio es que no se olviden jamás de respetar al rival".
Con este concepto, los Pistones han jugado una gran defensa, un ataque balanceado y ganado tres partidos de forma brillante, pero sin que haya habido ninguna gran estrella a la que se lo deban, simplemente a su concepto de equipo.
La mejor definición de los Pistones, que guardan mucha similitud a los SuperSonics de Seattle de la década de los 70s y de los 80s, es la de un grupo de buenos jugadores que bajo la dirección de un gran entrenador han desmantelado por completo a su rival.
Lo contrario ocurrió con los Lakers, que han tenido sólo a O’Neal en su papel de superestrella, pero no así con Bryant, que salvo su triple milagroso del segundo partido, ha jugado de manera autodestructiva y para el equipo, al obsesionarse que debe hacerlo todo en el campo.
Jackson hasta el momento no pudo "afinar" al equipo, se limitó a observar cómo se autodestruye y a culpar a los árbitros de que no les han dado las personales que le habían hecho los jugadores de los Pistones.
La actitud de Jackson no es nueva sino que la ha aplicado siempre desde que comenzó a dirigir a los Bulls de Chicago, pero en su primera etapa de entrenador, la figura de Michael Jordan pesaba mucho dentro de la NBA y todo el mundo, incluidos los árbitros, aceptan los "Jordan Rules" (Las Reglas de Jordan).
Brown fue consciente que su equipo después de haberse puesto con la ventaja de 3-1, en absoluto iba a sentirse condicionado por la presión de la dialéctica de la protesta de Jackson y la "garantía" de Bryant que iba a ganar el quinto partido.
"Existe una regla fundamental en el deporte del baloncesto y es que cuando estás jugando una serie de las finales y un equipo domina en los cuatro primeros partidos, nadie cuestiona que es el mejor, al margen de quien sea luego el campeón", destacó Brown.
Subastan tenis de Jordan
Un par de zapatillas deportivas calzadas por la estrella Michael Jordan en su debut en la NBA en 1984 fueron subastadas por 1,980 dólares, informó ayer la prensa local.
La edición limitada de zapatillas de la marca Nike con la firma de Jordan estampada en el empeine fue la estrella de la subasta realizada a través de Internet en beneficio de los niños enfermos de leucemia del Hospital de Niños de Shanghai, afiliado a la Universidad de Fudan.
En la subasta, de tres semanas de duración, se han vendido también otros artículos como una pelota de baloncesto firmada también por Jordan por 1,473 dólares.
Un par de zapatillas calzadas por el también jugador de la NBA, Dennis Rodman, fueron subastadas por 618 dólares, casi la mitad de lo que alcanzó una pelota firmada por el célebre jugador chino Yao Ming.
En total, 55 artículos como abrigos, zapatos y fotografías procedentes en su mayoría de gigantes de la NBA como Jordan, Yao y Kobe Bryant fueron vendidas en la subasta en la que han participado unas 130,000 personas.
La subasta coincidió con la creación de la asociación de voluntarios "Sunshine Love", formada por más de 50 miembros que ayudarán a aliviar los problemas de los niños enfermos de leucemia y sus familiares, según informó el rotativo "Shanghai Daily".
