Pekín, (Reuters).-La mayor parte de los países honran a sus héroes caídos en combate, pero China ha construido un monumento en honor de sus pequeños mártires: el ratón, los conejillos de Indias, los conejos y los monos que dieron sus vidas en aras de la ciencia.
En vez de vanagloriarse con sus logros científicos después de haber logrado progreso con una posible vacuna contra el síndrome respiratorio agudo y grave (SARS, por sus siglas en inglés), los investigadores chinos han tenido tiempo para conmemorar a sus mártires felpudos que despejan el camino para que se hagan pruebas inocuas con seres humanos, según la agencia oficial de noticias de China, Xinhua.
Yin Weiping, jefe del programa de desarrollo de una vacuna contra el SARS, dijo que las pruebas con animales han sido esenciales para desarrollar la vacuna, que ya ha pasado la primera etapa de ensayos clínicos con seres humanos.
Como consecuencia, la Academia de Ciencias Médicas de China ha sido agraciada con un monumento en memoria de los animales caídos.
Sin embargo, la academia no ha dado detalles sobre la ubicación del monumento.
La Universidad de Wuhan, en la provincia de Hubei, en el centro de China, erigió en septiembre un monumento similar en honor de 38 monos que murieron en otro programa de investigación del SARS, según Xinhua.
Sin embargo, no se ha elogiado a la civeta, un animal parecido a un gato que tiene un hermoso pelaje de color marrón y que, según los expertos, es la fuente de la epidemia de SARS que ha matado a unas 800 personas desde su surgimiento en el 2002.
Pero la civeta recibió el mes pasado un indulto cuando el Gobierno prohibió que se venda y cocine al animal, que en el sur del país constituye un manjar.