El “redondeo” que aplican varios centros comerciales, con el objetivo de recaudar fondos para instituciones de asistencia social, es llevado a la práctica por choferes del servicio de transporte público, bajo el argumento de no traer morralla para cambio, y con lo cual en los hechos ya cobran el aumento en las tarifas, sin que haya de por medio una autorización expresa, ya que, incluso, ni siquiera se ha reunido el Consejo Consultivo, el órgano deliberativo en que surgen las alzas en las cuotas.
El Siglo de Durango recibió la queja de ciudadanos inconformes a los que se les ha cobrado más de la tarifa establecida, con el pretexto, según lo expresaron los conductores de las unidades, de que al no llevar la cantidad exacta, tienen problemas para regresar el cambio correspondiente, al carecer de monedas fraccionarias.
De acuerdo con la Dirección Estatal de Transportes, la tarifa por servicio de transporte público en la modalidad de autobuses es de tres pesos con 36 centavos, y sin embargo, hasta cuatro pesos cobran, según se dejen los pasajeros. Ello significa ya un aumento, a pesar de que el argumento es por el “redondeo”. En el caso de los estudiantes es lo mismo, ya que la cuota autorizada es de un peso con 78 centavos, y se aplican los dos pesos.
En los microbuses el cobro debe ser de dos pesos con 94 centavos, y ya se cobra hasta tres pesos con cincuenta centavos a los pasajeros en general; mientras que a los escolares, de dos pesos 83 centavos, se les sube a tres pesos; en las combis, ya se aplica la tarifa de los tres pesos.
En el caso de los taxis, es difícil que los usuarios puedan constatar realmente si se respeta el banderazo de tres pesos con 59 centavos, y por kilómetros tres pesos, 37 centavos. Sin embargo, las quejas de los pasajeros son en el sentido de que la cantidad que normalmente pagaban en los traslados se ha elevado, sin que los transportistas se responsabilicen, al señalar que es lo que marcan los taxímetros.
Es por ello que se hace necesaria la intervención de las autoridades del transporte, para evitar que los choferes sigan cometiendo atropellos en contra de la economía de los usuarios, y sin autorización expresa ya hayan aumentado las tarifas. De persistir la situación, se evidenciará que las autoridades permiten que los transportistas suban el cobro de manera unilateral, y evitar el desgaste que les significaría hacerlo oficialmente.