Ambos bandos, partidarios del "Sí" y el "No" aseguran que triunfarán por miles de votos el domingo.
AP
CARACAS, VENEZUELA.- Miles de opositores a Hugo Chávez coparon ayer una autopista de Caracas para expresar con gritos y banderas su convicción de que los días del Presidente están contados, gracias al próximo referendo que decidirá la continuidad de su mandato.
Los simpatizantes del “Sí” salieron desde seis puntos de la capital para dirigirse hasta una gran tarima instalada en el distribuidor Altamira, donde se realizó el acto del cierre de la campaña opositora.
“Arrasaremos con el Sí... Yo quiero un país mejor para mis hijos, porque este señor ya ha hecho mucho daño”, dijo Luis Aparicio, un electricista de 26 años, quien lucía un sombrero con los colores de Venezuela y estaba rodeado por su familia.
Ríos de personas portando carteles donde exigían “paz, seguridad y empleo”, aseguraron que no desperdiciarán la oportunidad de ponerle fin a la era de Chávez en la consulta del 15 de agosto, que viene a ser la culminación de una larga batalla para conseguir una solución democrática a la tensa situación política local.
Con los colores amarillo, rojo y azul como emblema -a diferencia del rojo intenso de la Revolución Bolivariana-, los opositores marcharon en con la esperanza de revertir a un Gobierno que acusan de concentrar el poder, administrar mal la economía y atizar la lucha de clases.
“Vamos a salir a votar en masa. Tenemos esperanza en el domingo, que se acabe la tristeza de ver este país en la miseria”, explicó Maricarmen Billares, una diseñadora gráfica de 28 años.
Aunque todavía no hay cálculos definitivos sobre el tamaño de la marcha, el secretario de seguridad ciudadana de la Alcaldía Mayor de Caracas Henry Vivas, declaró a la prensa que participan “por largo más de 100,000 personas”.
La concentración también fue seguida por 1,800 policías y unos 1,200 bomberos, médicos y socorristas para asegurar la tranquilidad de los manifestantes, que se reunieron en el distribuidor Altamira, un sitio que en el pasado ha sido escenario de intensos choques entre fuerzas antidisturbios y detractores del Gobierno.
