06 de febrero de 2004.
Santo Domingo, EFE).- La operación a la que es sometida hoy Rebeca, una niña que nació con dos cabezas el pasado 10 de enero, está "a mitad de camino" y los médicos están "contentos" con el desarrollo.
Así lo dijo Santiago Hazim, director médico del Centro de Ortopedia y Especialidades de Cure Internacional en Santo Domingo, tras una conferencia de prensa en la que dio detalles sobre la arriesgada intervención.
"Ya se ha retirado la mitad del cerebro de la cabeza parásita y no ha habido ningún sangrado que nos ponga en peligro", dijo. "Sus signos vitales están totalmente estables y no hay nada por qué estar preocupados", agregó el galeno, quien aclaró, no obstante, que "no se puede decir que esté fuera de peligro porque queda bastante tiempo de cirugía".
La intervención comenzó hacia las 13.00 hora local, después de que la niña permaneciera varias horas esperando en la sala de cirugía.
Rebeca nació en el hospital Félix María Goico de la capital dominicana con una segunda cabeza que habría sido la de su hermana siamesa en la que se insinúan la boca, los ojos y las orejas.
El director de neurocirugía pediátrica del Centro Médico de la Universidad de California (UCLA), Jorge Lazareff, quien participa en la intervención, dijo ayer a la prensa que la "condición inusual" de la criatura convierte la operación en algo "más difícil que la cirugía convencional", pero "no imposible".
La anomalía de la niña se conoce científicamente como "craniopagus parasiticus" y es uno de los pocos casos documentados en el mundo.
Por su parte, el director de neurocirugía del Cure Internacional, Benjamín Rivera, quien atendió a Rebeca poco después de nacer e interviene también en la operación, explicó ayer que la cabeza "parásito" posee "un cerebro no funcional, ojos atróficos y una boca con labio leporino que hace movimiento de chupar y saliva". Destacó, además, que "es el único caso que ha sido filmado en vida y el primero que se va a operar".
La operación de Rebeca ha despertado la atención de medios dominicanos y extranjeros que siguen de cerca el avance de la intervención en la sede de Cure Internacional en Santo Domingo.
La operación de Rebeca es delicada, ya que la cabeza y su extensión comparten riego sanguíneo y para separarlas tendrán que cortar las venas y las arterias comunes.
El costo de la operación, en la que participan unos dieciocho médicos dominicanos y extranjeros, y el postoperatorio es de unos 100 mil dólares y se ha abierto una campaña de recaudación para financiarla, según informó la directora del Cure Internacional, Ruth Taveras.
Cure Internacional es una institución cristiana sin fines de lucro y con sede en Pensilvania que cuenta con hospitales en seis países en vías de desarrollo.