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México, DF.- Considerado por muchos como el último gran galán de la pantalla grande, Clark Gable, quien pasó a la historia de la cinematografía mundial por su protagónico en la cinta Lo que el Viento se Llevó-, cumple el 16 de noviembre 44 años de fallecido.
Nacido el primero de febrero de 1901 en Cadiz (Ohio), Clark Gable no fue realmente un prototipo de galán, incluso se dice que su cabeza grande y orejas dúmbicas le impidieron encontrar pronto un lugar en el cine, que finalmente llegó en 1924.
Hasta entonces, cuentan sus biógrafos, Gable sobrevivía vagabundeando por el Medio Oeste, dibujando caricaturas, vendiendo corbatas y enrolándose en compañías de teatro ambulante.
Según datos biográficos disponibles, un cambio de look a instancias de la millonaria Rhea Langham, segunda mujer a la sazón de Gable, obró el milagro.
Le juntaron un poco las orejas y a alguien se le ocurrió ponerle un bigotillo que desde entonces, junto a un ademán irónico, sería su rasgo más distintivo.
En 1932, con la MGM, Tierra de Pasión, de Víctor Fleming, permite descubrir una química perfecta, de alto voltaje y suprema sensualidad, entre dos jóvenes valores del estudio.
Clark Gable, rudo y duro, encuentra a Jean Marlow, rubia vampiresa de porte vulgar, con una mano en la cadera y aire despreciativo como signo distintivo. La pareja, que ya había interpretado una película anterior, Los Seis Misterios, se convertiría en símbolo de los años 30.
Tú Eres Mío (1933) y Mares de China (1935) marcarán el cenit de aquella conjunción de tintes eróticos. En 1934 se estrena Sucedió una Noche, de Frank Capra, la venta de camisetas descendió drásticamente. El público masculino imita al cínico acompañante de Claudette Colbert, que en una escena se desviste y deja ver que no utiliza esa prenda interior.
Gable representa su papel de galán irresistible tanto dentro como fuera de la pantalla, según se desprende de un comentario de una dama que asevera entonces: Te hace sentir mucho más mujer de lo que siempre ha creído ser.
Un maduro Gable junto a Ava Gardner con quien rodó Mogambo, con la sufrida millonaria 17 años mayor que él, Gable encontró el amor de su vida en Carole Lombard.
Alocada, malhablada y espontánea, la protagonista de Ser o no Ser, era la antítesis del siempre apacible y seguro Gable. Se casaron en secreto en 1939 y ocuparon portadas en 1942, cuando la actriz falleció en un accidente de aviación al regresar de una gira para vender bonos de guerra.
Desde entonces, la sonrisa ladeada de Gable se oxidó y su mirada irónica se nubló. Volvió a casarse otras dos veces y ganó otros tantos Oscar, pero la amargura y cierto desencanto tiñeron sus últimos roles.
Los Implacables, de Ragul Walth y Más allá del Missouri, de Williams Wellman, quedan como testimonios de aquel hijo de granjeros que sólo ponía una condición en sus rodajes: terminar cada día a las cinco de la tarde.
El actor falleció de un ataque al corazón el 16 de noviembre de 1960 en Los Ángeles, California, Estados Unidos y fue enterrado, por expreso deseo, al lado de Carole Lombard.
De sobra es conocido que Clark Gable odiaba Lo que el Viento se Llevó, porque temía que la posteridad le reservara un lugar de honor sólo por ese personaje de aventurero, arrogante y osado que acaba enamorándose a su pesar de la engreída Escarlata.
Ya en su día, el actor rehusó protagonizar el filme, aterrado de no encarnar con soltura a Rhett Butler. Pero su contrato con la Metro le impidió rechazar el papel, bajo pena de suspensión. Y Clark Gable necesitaba el dinero para divorciarse de su segunda mujer y casarse con Carole Lombard.
Los temores de Gable se confirmaron y hoy es recordado por su participación en la película más célebre de todos los tiempos. Las filmografías más perezosas incluyen Sucedió una Noche, de Frank Capra.
Algunas de sus envejecidas aventuras exóticas Mogambu, bajo las órdenes de John Ford; y su último trabajo en el amanecer de los 60, cuando Vidas Rebeldes, de John Huston, epilogaría un inigualable quehacer de galán y aventurero, único en su especie.
