Capítulo 22
En el lado occidental, desde Nueva Vizcaya, Durango, Parral, Chihuahua y El Paso, no había ninguna dominación española sino hasta el presidio de San Juan Bautista y el de Sacramento en el Valle de Santa Rosa; todo el territorio intermedio era un misterio a pesar de las exploraciones desde Barroterán.
El Bolsón de Mapimí, la gran bolsa de desierto, ?que vomitaba tribus salvajes?, no podía ser atravesada sin el peligro de morir en el intento. Para ir de Mapimí a Monclova había que rodear por Parras, Saltillo y San Buenaventura (aún es así, pero por falta de interés de los dos estados).
En el norte de Coahuila, el gobernador general Pedro de Rábago y Terán efectuó una exploración que le llevó cuatro meses, atravesando la Sierra Madre Oriental hasta llegar al Río Bravo y tierras de Texas. Haciendo una magnífica descripción geográfica que permitió un mejor conocimiento del Estado.
Cuatro Ciénegas paraje de gran fertilidad, con abundantes manantiales fue siempre la puerta del peligroso Bolsón de Mapimí, estuvo abandonado por el constante ataque de los bárbaros pero más por los nefastos efectos de la sed de riqueza de los terratenientes, que en su afán de tener un latifundio, no le dejaban al posible colono sino la oportunidad de ser sirviente, y con argucias, lo ataban legalmente para tenerlos como peones baratos y éstos, en cuanto podían, huían a otra parte, ya que es posible pelear a muerte defendiendo lo tuyo pero no la propiedad del terrateniente; como dijo Arthur Young: ?La magia de la propiedad cambia la arena en oro. Dadle a un hombre la posesión de una roca pelada y la transformará en un jardín; dadle un jardín en alquiler durante nueve años y lo transformará en un desierto?. Tal es el mágico poder de la propiedad, pero esto en Coahuila aún no se entiende.
En el año de 1800 se fundó el nuevo pueblo de Cuatro Ciénegas, el 24 de mayo en los linderos del Marquesado de Aguayo; ya figuraba entre los fundadores don Juan José Carranza.
Entre el tres de mayo de 1779 y el nueve de Marzo de 1783, el coronel Juan de Ugalde hizo una guerra sostenida a las tribus del Bolsón de Mapimí, desde la sierra de la Paila, en la región lagunera, hasta el Río Bravo y la región occidental de Texas hasta el Río Pecos.
Los franciscanos fueron misioneros de Coahuila y los jesuitas, de Parras y La Laguna.
Durante la época colonial, Guadalajara fue la antorcha luminosa del saber en el norte de la Nueva España, por sus aulas pasaron los dos hombres mas ilustres de Coahuila: el doctor Miguel Ramos Arizpe y el abogado Juan Antonio de la Fuente. Don Miguel Ramos Arizpe fue el primer diputado por Coahuila a las cortes de Cádiz y padre de la Federación Mexicana en el Congreso Constituyente de 1824. Por la naturaleza breve de esta obra, he de omitir nombres de coahuilenses ilustres, pero remito al lector a la bibliografía.
