Capítulo 17
Ya hemos mencionado el mayor de los latifundios, el del Marqués de Aguayo, cuya extensión llegó a ser de 14 millones de hectáreas. El mal manejo de las propiedades y del capital, con el tiempo tuvo que hipotecarse; en 1818 los intereses insolutos, eran de $576,537.00; las pérdidas de la propiedad fueron $754,562.00 y el gran latifundio tuvo que ser rematado dividido en cincuenta porciones.
En 1844 adquirió la mayor parte de los créditos el licenciado Carlos Sánchez Navarro, su madre doña Apolonia Baráin de Sánchez Navarro, y Jacobo Sánchez Navarro. Que los adquirieron a plazos y que liquidaron en 1850. Ellos eran herederos del canónigo don José Miguel Sánchez Navarro, que se había enriquecido y poseía ya un latifundio que abarcaba parte de Coahuila y Nuevo León. Terminaba un latifundio y nacía otro
La Hacienda del Rosario, en Parras, se vendió a don Rafael Aguirre.
Las tierras de La Laguna, se les vendieron a los señores Leonardo Zuloaga e Ignacio Jiménez.
Agua Nueva se vendió a don Bruno Lozano.
Otro Latifundio, fue el de la Compañía de Jesús, hasta su expulsión, en 1767 y que después fue vendido entre otros, al cura de Parras licenciado Dionisio Gutiérrez. Este latifundio que abarcaba de Parras a la Sierra de Jimulco, donde los Jesuitas planeaban un programa de parcelas, había sido programado para una magnífica obra social, desgraciadamente la expulsión les impidió llevarlo a cabo.
En el norte, como veremos, las familias Garza Falcón formaron otro latifundio que manejaron como verdaderos señores feudales.
Por las características de la época y de la provincia, el obtener grandes territorios, era la manera de hacer la riqueza familiar, aunque se condenara a la improductividad la mayor parte de la Nación.
Otras fundaciones: por orden del Virrey Conde de Revilla Gigedo el 27 de diciembre de 1749 se fundó San Fernando de Austria con sólo 22 vecinos que aumentaron a 47 en 1762. La villa de Nava fundada el 20 de febrero de 1801 por orden del Mariscal Nava y apoyado por el Gobernador de Coahuila Cordero y Bustamante y como alcalde José Plácido Monsón; el 14 de noviembre de 1804 se fundó San Vicente el alto que después, en 1827, se llamó Abasolo. Recién lograda la independencia, el 26 de julio se fundó San Juan de Allende, el agrimensor fue don Francisco José Madero, quien también trazó Sta. Rita de Morelos, ambas villas en 1826.
El Barón de Humboldt en 1804, calculó que la provincia de Coahuila era la más pobre y despoblada de todo el Virreinato. Los latifundios la habían convertido en un páramo.