Cuando las edificaciones carecen de cimientos firmes, colapsan. Es entonces responsabilidad de los ingenieros y arquitectos el proyectar profundidad, grosor y calidad de los materiales de esos cimientos; que sean acordes al tamaño de la obra en su conjunto, para que dure y sea funcional.
Y eso es precisamente lo que faltó en una ciudad como Torreón que paga hoy el precio de haber sido gobernada por autoridades que privilegiaron las obras de relumbrón, sobre aquellas que si bien indispensables, no abonaban a la imagen de la autoridad en turno por ser subterráneas.
Entonces tenemos a una ciudad con graves deficiencias en su red de drenaje sanitario que requiere hoy de cirugía mayor… pero no hay dinero para responder con la premura deseada al reto que se tiene enfrente.
El problema es grave y así lo reconocen las autoridades del Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento: “Se puede presentar una situación crítica respecto al funcionamiento de los colectores de la ciudad de continuar las lluvias fuertes”, dice su gerente, Fernando Alatorre Dressel, quien por lo pronto debe hacer malabares para reparar siete “caídos”.
Los datos refieren a una red de colectores de 82 kilómetros, de los cuales el 60 por ciento requiere una reparación integral. A esto hay que agregar otros 53 kilómetros de subcolectores que demandan igualmente reparaciones.
Lo urgente es lograr un crédito por 64 millones de pesos para reparar los siete colectores que colapsaron recientemente, pero a corto y mediano plazo se necesitarán más de 500 millones de pesos extra, para reparar la totalidad de las redes troncales.
No se trata de una crisis generada espontáneamente. Se trata de años y años de deterioro en las venas de la ciudad que hoy reclaman la apatía y falta de visión de las administraciones que no se preocuparon por voltear a ver lo que sucedía debajo de la superficie.
Por lo pronto, lo inmediato: que se autorice la gestión de un crédito, para luego planear la cirugía mayor que requiere la ciudad.