(Primera parte)
Queridos lectores, en esta ocasión les voy a platicar sobre los aspectos más relevantes que obtuve del Séptimo Congreso Internacional de Obesidad, el cual organiza el Colegio de Bariatría del Noreste, en conjunto con la Universidad de Nuevo León cada año, en el cual participan médicos nutriólogos clínicos (bariatras) de diferentes partes del mundo. En esta ocasión, tuve la oportunidad de saludar también a algunos colegas conocidos de especialidades como endocrinología y gastroenterología de Monterrey, lo cual nos da mucho gusto que otros médicos también se preocupen por el problema de obesidad, ya que en la actualidad vamos a necesitar cada día más médicos especialistas y preparados en este campo que sepan manejar dicha enfermedad.
En realidad, lejos de regresar contenta por los conceptos nuevos que aprendí en dicho Congreso, la verdad es que más bien vengo muy triste y con el estómago hecho un nudo, pues pudimos ver que es ya una situación ¡alarmante! El incremento de obesidad, sobre todo en la pequeña población, estamos hablando de niños y adolescentes, de lo cual trataron el 70 por ciento de las conferencias, se habló sobre síndrome metabólico, que entre otras cosas se determina por una valoración de exámenes de laboratorio, en donde el individuo presenta cifras elevadas de colesterol, triglicéridos y azúcar en la sangre. Se presentó un estudio en donde se valoraron alrededor de seis mil niños y adolescentes entre seis y 16 años de edad, de los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Durango, de los cuales el 64.4 por ciento tenían niveles elevados niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, esto quiere decir que son niños diabéticos y no lo saben, invariablemente van a desarrollar arteriosclerosis y, por consiguiente, en un futuro no muy lejano padecerán de hipertensión arterial (alta presión en la sangre) y problemas cardiovasculares, principalmente, y definitivamente no podemos descartar otro tipo de afecciones de las que muchas son irreversibles y van a determinar el futuro de estos chiquitos gorditos. Como, por ejemplo, se mostraron una serie de placas radiográficas de la columna vertebral y de diferentes huesos del cuerpo, en donde pudimos ver serias deformidades, alteraciones en el crecimiento de los huesos, los niños obesos generalmente crecen alrededor de tres a cinco centímetros menos que los no obesos. También presentan alteraciones en el desarrollo motor e intelectual, menor capacidad de captación de ideas, menor facilidad para memorizar las cosas, se vuelven un tanto flojitos y somnolientos, casi siempre es por hipoxia cerebral (falta de oxígeno en el cerebro), precisamente porque se ha comprobado que la arterioesclerosis (acumulo de grasa en las arterias y endurecimiento de las paredes de las mismas). Se puede empezar a desarrollar desde la infancia y si además de todo lo anterior tomamos en cuenta el estado emocional de estos pequeños, se quedarían sorprendidos de ver hasta qué grado les puede afectar. Éste punto creo que es el más importante, porque les puede crear traumas permanentes, inseguridad, una serie de complejos, que en un momento dado pueden llegar a padecer depresiones, o bien pueden mostrarse agresivos, indispuestos o irritables. Y de acuerdo a un trabajo que presentó el FBI en un Congreso de Obesidad en Estados Unidos hace dos años, en donde mostraban el perfil de delincuencia del paciente obeso, señalaron que sobre todo los varones que son obesos desde niños, algunos de ellos, pueden llegar a convertirse en violadores en serie, abuso de menores, y homosexualidad hasta llegar a la criminalidad, principalmente por el resentimiento y odio que tienen hacia la humanidad, por ser atacados, despreciados y sometidos a burla desde muy pequeños. Quizá a muchos padres les parezcan un poco drásticos estos conceptos, pero desgraciadamente es una realidad.
Creo que es importante que conozcamos todo lo que a nuestros pequeños les pueda pasar para que, estemos más al tanto de lo que sucede, y sobre todo empezar por vigilar qué está haciendo tu niño gordito y qué se está llevando a la boca, para poderlos ayudar.
Entonces si hiciéramos un análisis de todo lo anterior creo que sí podemos concluir diciendo que ?la obesidad sí es una enfermedad que nos destruye y nos mata prematuramente?... De hecho está ya estipulado que es un proceso de envejecimiento prematuro y que el obeso vive 15 años menos que el resto de la población.
En el próximo artículo continuaremos hablando sobre el problema de la obesidad en niños y jóvenes, y los factores más peligrosos que la propician. Cuide mucho a sus hijos. ¡Hasta pronto!
drelida@prodigy.com.mx
