(5ª. Parte)
En los artículos anteriores, habíamos comentado quién es un comedor compulsivo y qué factores lo caracterizan y entre los más comunes dijimos están: el caer frecuentemente en atracones, comen aunque no tengan hambre, seguido de sentimiento de culpa y depresión, pero en esta ocasión continuaremos hablando de las secuelas que la obesidad deja, independientemente de que sea o no comedor compulsivo. Describimos las secuelas: cardiovasculares, dermatológicas, metabólicas, en el artículo pasado, les hablé sobre los problemas osteoarticulares, ginecobstétricos y psicológicos, que las personas gorditas tarde o temprano pueden padecer... entonces, ahora concluiremos platicándole sobre uno de los problemas que hoy en día, sabemos que está afectando tremendamente, no sólo a la economía mundial, como lo describió la ONU (Organización de Naciones Unidas), sino también la imagen de las empresas y en la seguridad pública. Ya que dependencias policíacas como el FBI han presentado trabajos en donde se describe ?el perfil de la delincuencia de los obesos?... que considero un tema interesante a tratar en otra ocasión, pues no se imagina la cantidad de delitos que se describieron, en uno de los congresos internacionales, que se realizó en Estados Unidos, a donde tuve oportunidad de asistir. Pero en fin, por ahora veremos uno de los problemas que daña mucho a los gorditos, sobre todo afectivamente:
Problemas sociales
Es una de las más importantes, ya que en la sociedad actual, la persona con obesidad no es aceptada y desgraciadamente en el caso de las mujeres es peor, ya que el rechazo es mayor... clasificada ya la obesidad como ?Enfermedad de salud pública?. A nivel laboral, los patrones ya no aceptan personas obesas en ninguna área y no se diga en oficinas, ventas, o en donde la gente las pueda ver, ya que la primera imagen que tiene el cliente, es la que percibe de la empresa... la mediana y gran empresa sobre todo argumentan que el obeso rinde menos, ocupa más tiempo a la hora de las comidas y se incapacita más frecuentemente, de hecho, existen comentarios de que ya no les interesa tanto las virtudes o cualidades de una persona, sino la apariencia física de la misma.
Quiero decirle que, en nuestra región ya lo estamos padeciendo, cada día que pasa más personas gorditas me platican que son rechazadas en los trabajos... por ejemplo, una de mis pacientes, joven de 25 años, muy gordita Lic. en Administración de Empresas, con un currículum impecable, me dijo que le habían hablado de varias empresas y que en cuanto entraba a la oficina de la persona de recursos humanos, inmediatamente sentía la vibra de rechazo, sobre todo en la expresión de la cara de quienes la recibían y en todas las ocasiones le dijeron que si la necesitaban le hablaban, cosa que nunca sucedió... me comentó que en su última entrevista que fue en una agencia de automóviles, por curiosidad se esperó para ver si habían aceptado a alguna de las personas que también fueron entrevistadas, y salió peor de desilusionada, pues escogieron a la muchacha más delgada, a pesar de que no tenía un aspecto de que fuera una persona muy preparada o inteligente.
De verdad que es triste y desesperante, pero es una realidad. Y no se diga lo que sucede a nivel escolar, ya ve que los niños no se callan nada y agreden siempre a los gorditos, se burlan de ellos, les ponen apodos chuscos, no les permiten que jueguen con los demás, no los aceptan en los deportes escolares... lo que provoca en los niños grandes complejos, apatía y también padecen depresión, lo que los puede orillar a aislarse, separarse de la gente y se encierran en cuatro paredes, entonces rivalidan los problemas afectivos comiendo y se vuelve un círculo vicioso... en la práctica diaria he podido observar que cada día que pasa vemos más casos de niños y jóvenes que presentan ya una obesidad muy marcada y peligrosa, por ejemplo: niños de diez años de edad con 90 kilogramos o jóvenes de ambos sexos que sobrepasan los 120 kilos. Es algo verdaderamente preocupante.
Siempre es mejor prevenir
Definitivamente tratándose de ?obesidad? es más fácil y menos complicado prevenir, que tratar esta enfermedad. Tendríamos que empezar por labor educativa, por enseñar desde pequeños a los niños a conocer los alimentos que les pueden ocasionar daño a corto o largo plazo. Enseñarles a sustituir alimentos engordativos por otros más nutritivos, que le dejarán satisfecho sin engordar, por contener menor valor calórico. Los padres principalmente debemos estar alertas, para identificar y modificar patrones de vida, que puedan desencadenar un problema de obesidad. Por ejemplo pleitos familiares, o cuando los padres se separan, hasta el cambiarse de barrio, etc., puede afectar a un chiquitín.
Por otra parte no olvide que el ejercicio debe ser una parte fundamental en la formación de cualquier ser humano y con mayor razón si tiene sobrepeso, primero tenemos que bajar unos kilitos y luego hacer un plan de ejercicio de bajo rendimiento por ejemplo: caminar tres o cuatro veces por semana media hora y beber muchísima agua, así que no se exponga a ser rechazado o discriminado y mucho menos que se burlen de usted. Quiérase mucho y empiece ¡ya! a valorar su vida y la de sus hijos si ya presentan signos de sobrepeso. La mejor forma de saberlo es cuando le tiene que comprar dos o tres tallas más grandes de las que debe usar de acuerdo a su edad y estatura. Cuídese y cuide a sus chiquitos. ¡Hasta pronto!
