EL PEZ POR SU BOCA...
La selección nacional regresó de Atenas eliminada, humillada, vilipendiada, pero lo más grave, además de lo mal jugado, es la forma de encarar el triste desenlace.
De entrada, nunca un director técnico ha dado tantos elementos para ser cuestionado como Ricardo La Volpe, y es con su propio dicho que la prensa lo ataca.
La Volpe vive hace 25 años en México, por lo que sabía perfectamente la realidad de nuestro balompié; entonces, conocía la carencia de goleadores, volantes creativos y jugadores de personalidad.
Llega al puesto de entrenador nacional y, presa de la paranoia, empieza a padecer delirio de persecución y a abrir la boca de más.
En mi opinión, no había necesidad de decir que se iba a la Copa América a ganarla, es más, se debió llevar al contingente que estaría en la Olimpiada para dotarlo de fogueo. Pero no, con su petulante estilo Ricardo pregonó que nos traeríamos el título continental.
Luego se le ganó a Argentina por primera vez en la historia y se puso a volar. Vino Brasil y nos ubicó.
De cara a los Juegos Olímpicos vuelve el estratega a prometer una medalla so pena de renunciar a su cargo. Tras una mediocre actuación, ni medalla ni renuncia.
Lo peor del caso es que tanto el presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Alberto de la Torre, como el técnico argentino, manifiestan que lo ocurrido en Atenas no constituye un fracaso.
Caray, pues resulta que 100 millones de habitantes están equivocados y sólo estos dos ínclitos personajes poseen la verdad absoluta.
Pensándolo bien, ¿saben qué? Yo estoy de acuerdo con ellos: No fue un fracaso. ¡Fue una vergüenza!.
El primero que habló de un proceso con el Tri fue La Volpe pero jamás precisó las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que este se llevaría a cabo.
Ahora dice que el proceso terminó cuando lo lógico es pensar que finalizaría luego del Mundial de Alemania 2006.
El verdadero problema de La Volpe es su inseguridad. Eso le obliga a hablar de más y a exhibir esa "renuncitis aguda" que le hace amenazar con irse por quítame estas pajas.
Ahora que hay que decir en descargo de La Volpe, que no es el único culpable del desastre olímpico.
Los jugadores dejaron mucho qué desear con actitudes timoratas y francamente zacatonas ante rivales de tercer grado.
Malí, Corea del Sur y Grecia son equipos del montón.
Los directivos de la Federación encargados de proporcionar fogueo a los muchachos fallaron también. No es posible asistir a una competencia tan importante sin un solo partido de preparación. Eso sí, para la foto y la fiesta, están puestísimos.
Se debe revisar a fondo el informe del técnico y sentar las bases del trabajo futuro que deben ser parar una sola selección competitiva, compuesta por no más de 18 jugadores y decirle al entrenador que si va a renunciar, lo haga ahora o se calle hasta que acabe el famoso "proceso".
No cabe duda que el pez por su boca muere.
