MELANCOLÍA Y TRISTEZA
Se terminó la Copa América y el sentimiento que invade en especial al pueblo peruano es de melancolía y tristeza: Melancolía porque en los veintitantos días que dura el evento no se habló en el país de otra cosa que no fuera futbol, sino porque en los preparativos para hacer una edición inolvidable participaron todos.
Tristeza porque, desgraciadamente, la realidad cotidiana de este país es sumamente difícil. Crisis económica, inseguridad, déficit en las finanzas públicas, corrupción y una gran cantidad de personas sumidas en la pobreza extrema hacen de esta nación uno de los grandes ejemplos de cómo los gobernantes pueden hacer gran cantidad de daño.
Tras las recurrentes dictaduras militares tan propias del Cono Sur, el Perú ha sufrido con gobernantes como Alan García, quien despilfarró el cariño popular y su capital político con decisiones populistas: la esperanza cifrada en Alberto Fujimori, quien encabezó el gobierno más corrupto del que se tenga memoria, y el actual presidente Toledo, quien parece haberse hecho un experto en desilusión, pues no ha cumplido ninguna de las expectativas de su campaña.
En fin, ojalá vengan tiempos mejores para esta gente que de verdad es amable en extremo y muy buena.
Pero hablemos de futbol, ya que sólo quedaba el partido grande, la gran final, de la que salió el monarca de la Copa América 2004.
Se definió el tercer lugar, que como hemos comentado en este espacio es la estrellita en la frente del perdedor y este dudoso honor correspondió al equipo de Uruguay.
El partido no fue tan malo como quizá se esperaba y si mucho me apura, tuvo sus momentos de emoción. Ambos entrenadores plantearon el juego de acuerdo a su estilo, y así, mientras Colombia intentaba tener la pelota tratándola bien, elaborando su juego en base a pases cortos, Uruguay esperaba marcando fuertemente y buscando la descolgada que por la vía del contragolpe premiara su esfuerzo con alguna anotación.
Se fueron al descanso con la ventaja charrúa y avanzado el segundo tiempo se produjo el empate; fue el hombre que tuvo la desgracia de fallar el penal decisivo ante Brasil, Vicente Sánchez, quien puso cifras definitivas al marcador. Bien por Vicente que de esta forma, ciertamente pequeña, se sacó la espina de su garrafal error.
La trivia de hoy: ¿Quién anotó los goles con los que Argentina se coronó por última vez en Copa America?.
