VIOLENTAR LAS FORMAS.
Un grupo de vándalos disfrazados de legisladores irrumpen en la tribuna más alta del país, suben al estrado y plantan una manta con consignas políticas; dos equipos de la Primera División A, Querétaro y San Luis, protagonizan una batalla campal donde privó la insensatez y la violencia; un empresario de origen argentino ingresa al futbol profesional, compra un par de equipos para luego ser encarcelado; el director de la paraestatal más importante del país hace que el sindicato pague la cirugía estética de su esposa; un directivo, aprovechando que juega en casa y acompañado de su cuerpo de seguridad invade el vestuario de los árbitros, agrediéndolos y después niega los hechos; decenas de mujeres son asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua, sin una respuesta satisfactoria por parte de las autoridades; el arbitraje mexicano cae en el bache más profundo de su historia a ciencia, paciencia y conciencia de los dueños de equipos en la Federación Mexicana de Futbol; diversos políticos son encontrados culpables de defraudar la confianza del electorado al aceptar dádivas para su campaña o distraer fondos con fines personales; un grupo de mujeres mazahuas protestan, machete en mano, por la sobreexplotación de los mantos acuíferos cercanos al Distrito Federal; el Secretario de Gobernación y el Jefe de Gobierno capitalino se dan con todo en declaraciones pero ambos exigen respeto; directivos del Atlas son acusados de evadir impuestos, lo que podría costarles incluso la libertad; un procurador desestima la gravedad de que un colaborador cercano se dedique al lucrativo negocio del secuestro, aduciendo que lo hacía en su tiempo libre; en una especie de circo de tres pistas la ciudadanía mira con expectación el juicio de Ponce, el desafuero de Bejarano y las posibles revelaciones de Ahumada; Pachuca gana su boleto directo a la Copa Libertadores pero un reglamento estúpido y arbitrario se lo puede quitar si es campeón del futbol mexicano, obligándolo a jugar contra los demás monarcas de la Concacaf; el jefe de Gobierno instala una cortina de humo a sus deficiencias gubernamentales y le llama "complot"; un grupo de mujeres pretende, no por el hecho de serlo sino de con quien se casaron, gobernar Estados e incluso el país; los árbitros mexicanos, en protesta por la agresión que sufrió Manuel Glower, portaron mantas y camisetas con una leyenda exigiendo respeto a su profesión.
Todos estos son algunos ejemplos de cómo lograr la inconvivencia violentando las formas. Y luego nos quejamos.
Para intentar apagar el fuego la Comisión de Árbitros designó a Hugo León Guajardo para el encuentro que Puebla fue a jugar al Estadio Azteca frente al Atlante. Por obvias razones el morbo se centraba en el trabajo del silbante pues los malpensados creían que León sería la espada vengadora de la agresión sufrida por sus colegas en la Angelópolis. Nada de eso. Hugo hizo un trabajo aseado, dejando jugar y no incidiendo en la derrota del cuadro de La Franja.
Todavía hay gente que piensa que el arbitraje es una especie de cofradía que oculta sus fines y da y quita títulos. No hay tal. Lo único que hay en algunos casos es sólo incapacidad. Vaya Consuelo.