PREMIACIÓN
Me acuerdo cuando éramos niños, que nuestros padres para todo nos prometían, a cambio de buena conducta, un premio. También existe toda una corriente sicológica que está basada en la relación premio-castigo. Incluso los vendedores de lotería, para seducir al supuesto comprador le dicen: llévese el premiado joven.
Lo cierto es que además de la victoria o los logros, nada existe más satisfactorio que recibir el reconocimiento que encierra un premio, y en ese sentido, al margen de que nunca se deja satisfecho a todo el mundo, el Premio Nacional del Deporte se otorgó a lo más destacado del medio nacional.
Los premiados en algunos casos parecían cantados pues nadie podría creer que quedara fuera del galardón la velocista Ana Gabriel Guevara, quien a pesar de no haber conseguido el oro en Atenas indiscutiblemente tuvo una campaña maravillosa en 2004 convirtiéndose en un icono del atletismo mexicano.
Óscar Salazar recibió también el reconocimiento a su medalla de plata en tae kwon do durante los Juegos Olímpicos, y recién operado de la rodilla poco le faltó para bailar de alegría, pues la verdad quería hasta brincar de la emoción.
La ciclista Belem Guerrero, luego de la obtención de la presea olímpica en la prueba por puntos también se hizo acreedora a la distinción como deportista destacada en el año que está por terminar.
Doramitzi González, nadadora paralímpica, recibió un justísimo reconocimiento al montón de medallas que cosechó en su especialidad en la Olimpiada celebrada en la capital griega.
La pregunta sería, ¿si premiaron a los medallistas olímpicos, por qué dejaron fuera a Iridia Salazar? La verdad, que poca.
La modalidad este año fue que contendieron por los premios deportistas profesionales como Lorena Ochoa, Adrián Fernández, Vinicio Castilla, Oswaldo Sánchez, los Pumas de la Universidad y Hugo Sánchez Márquez, desgraciadamente, parecería que al Jurado todavía no le cae el veinte de que no importa cuánto dinero se gane en el deporte para hacerse acreedor al premio; en resumen, no es un reconocimiento para pobres ni un premio de consolación.
El pentapichichi fue reconocido en la categoría de promotor del deporte y como entrenador la distinción recayó en Fernando Gutiérrez, entrenador de los nadadores paralímpicos, quien fue reconocido gracias a las 14 medallas conseguidas por sus pupilos en Atenas 2004.
Felicidades para los galardonados, pero creo que se cometió una injusticia al no darle un merecido reconocimiento al doctor Carlos Andrade Garín, pues ha sido un incansable promotor del deporte en México.
Director de la Comisión Estatal para el Fomento Deportivo y Apoyo a la Juventud en Jalisco, CODE por sus siglas, ha conducido al Estado a ser el máximo ganador de preseas en la Olimpiada Infantil y Juvenil organizada por la Comisión Nacional del Deporte.
En un país como el nuestro, que carece de eventos serios para los jóvenes, la promoción del deporte en Jalisco debe considerarse un ejemplo a seguir.
En otro tema, Veracruz se llevó, jugando con diez hombres casi todo el segundo tiempo, un justo premio a su esfuerzo y un punto de oro del Estadio Azteca, en su visita al América. Ojo con este equipo pues tiene talento, imaginación y pantalones y si queda en los lugares de arriba en la tabla de posiciones le va a pegar un susto al más pintado.
Se le escapó un premio a Vinicio Castilla, campeón productor en la Liga Nacional, al ser designado Scott Rolen como ganador del Guante de Oro. No creo que sea un asunto de racismo pues ningún deporte como el beisbol maneja con exactitud las estadísticas.
Otro premio lo ofrece la canción de la "Mesa que más aplauda" pues promete, a quien así lo haga, mandarle a la niña. Yo sí le entro.
