EL VERDADERO RETO.
Ha quedado definido el calendario de juegos para el hexagonal que definirá a las selecciones participantes en la Copa del Mundo Alemania 2006.
La Concacaf, integrada por más de una treintena de países, ha depurado el listado sólo para quedarse, salvo Panamá, con los equipos de siempre. A la pobreza económica del área se suma un futbol de nula evolución al que se quiere empujar jugando una eliminatoria larga y sin chiste, mientras los dirigentes, sobre todo del Caribe, engrosan cuentas jugosas en dólares seguramente depositadas en Gran Caymán, nomás por no variar.
El presidente de esta paupérrima Confederación es el trinitario Jack Warner, quien de un humilde profesor rural, se ha convertido no sólo en uno de los colaboradores más cercanos al dirigente mundial Joseph Blatter sino en un hombre inmensamente rico.
El mandato de Warner al frente de la Concacaf está asegurado a largo plazo por tres razones fundamentales:
Primera.- El estatuto de FIFA no contempla un límite a la reelección de los presidentes de asociaciones o, en el caso que nos ocupa, de organismos continentales, por ello, el famoso Jack puede seguir en la silla cómodamente instalado.
Segunda.- La inmensa mayoría de los votos de la Confederación la integra la "marea negra", es decir, las islas del Caribe, quienes otorgan su voto incondicional a su líder a cambio de prebendas y un puñado de dólares. Para que usted se dé una idea de lo que estamos hablando, existen presidentes de federación de futbol en el Caribe que reciben más presupuesto que el de todo su gobierno, o sea que se aplica el viejo dicho de que "with the money dancing the dog" o lo que es lo mismo, con dinero baila el perro.
Tercero.- La Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe es una importante fábrica de votos para efectos de la elección del presidente de FIFA, al grado que una alianza con Asia basta y sobra para hacerlo ganar, y el negrito de marras es un tapete sumamente pisoteable y un operador político de primer nivel.
En fin, eso es politiquería pero lo realmente importante es definir el verdadero reto que enfrenta México en esta eliminatoria.
Ricardo Antonio La Volpe declaró, con esa soltura que le caracteriza para decir barbaridades, que iba a calificar "caminando" al Mundial. Creo que no descubre el hilo negro pues hay tres boletos directos y una repesca, lo cual significa que tendría que llegar en quinto o sexto lugar para quedar eliminado, lo que constituye un escenario impensable.
Ahora bien, lo importante será, más que una calificación cantada, reafirmar el liderazgo de México en el área, últimamente bocabajeado y muy cuestionado, sobre todo por el innegable crecimiento de Estados Unidos.
Probablemente se obtenga el boleto para Alemania, efectivamente con facilidad, pero al público habrá que convencerlo de que se puede asistir a la Copa del Mundo a hacer un papel más que decoroso.
El nivel de juego al que se enfrentará el Tri, salvo las patadas, es ínfimo y no se debe encandilar con los triunfos en ese estrato.
Por lo demás, México estará, sin ninguna duda, presente en el 2006.