M E D R O S O
Se jugó el primer capítulo de la eliminatoria para definir al equipo mexicano que irá a la Copa Libertadores de América y tuvo como protagonistas a las Águilas capitalinas y los Rojinegros del Atlas.
Se esperaba un buen encuentro de futbol, dadas las características de los contendientes pues ambos gustan de ir al frente, generan opciones de gol y en general, suelen practicar un esquema netamente ofensivo.
Sin embargo, Atlas traicionó su filosofía y salió a defenderse; ordenado atrás, fabricó una muy buena jugada ofensiva aprovechando el error de Jesús Mendoza, volante azulcrema, quien por evitar un saque de banda regaló al rival una oportunidad que fue brillantemente aprovechada por Carlos María Morales mediante un riflazo al ángulo. Un verdadero golazo.
América continuó con el asedio sobre el marco atlista aunque sin demasiada variedad ni convicción, lo que aprovecharon los visitantes para construir un par de contragolpes que bien pudieron definir la contienda, sólo que los remates de Mendívil y Morales salieron justo a la ubicación del guardameta Adolfo Ríos.
A la mitad del primer tiempo y toda vez que el esquema del Atlas resultó netamente defensivo, Beenhakker, quien se había equivocado en los cambios ante Pumas, decidió meter al ?Misionero? Castillo y le cambió la cara al partido.
Hugo entró enchufado, conectado con sus compañeros, pidiendo el balón y soltándolo con idea y atingencia; así, se generó una lluvia sobre la cabaña atlista que culminó con el gol del empate, un tiro al palo y el América apedreando el rancho a los zorros.
Para la segunda mitad no cambió en mucho el panorama, aunque las Águilas fueron más cautelosas en su accionar hasta que vino una de las acciones fundamentales del partido: la expulsión del ?Gringo? Castro por una violenta patada sobre el chileno Valenzuela.
Con 18 minutos por jugar y un hombre de más, Sergio Bueno, estratega tapatío, le hizo honor a su apellido y bondadosamente respetó al rival.
Bueno traicionó el estilo alegre y ofensivo de Atlas prefiriendo llevarse el empate al Jalisco en lugar de lanzarse sobre la yugular de su oponente América, un cuadro grande al que hay que matar cuando se le tiene a tiro. Lo dejaron vivo y ahí pagaron el pato.
En pleno tiempo de compensación, un error defensivo del Atlas al pretender dejar en fuera de juego al rival, propició que Cuauhtémoc Blanco se vistiera de héroe con un gol agónico que puede definir el pase de su equipo a la justa continental.
Atlas tuvo oportunidades pero no acertó, América aprovechó el peso específico de sus solistas para ganar un partido que bien pudo perder.
El arbitraje de Jorge Eduardo Gasso fue errático, perjudicando mayormente al Atlas, pues debió expulsar a Reinaldo Navia a los 30 minutos del primer tiempo, aunque visto lo medroso que resultó el equipo tapatío, tampoco lo hubiera aprovechado.
Faltan 90 minutos que tendrán que ser mejores, pues para el Atlas no habrá mañana; tendrán que irse con todo sobre el rival y no cabrá la especulación.
Por lo pronto, Leo le dio un baño táctico a Sergio Bueno que ojalá le sirva.
No se trata de venir al Azteca a entregarse jugando alegremente a la ofensiva pero sí serle fiel a un estilo.
Ni modo, las grandes empresas no son para cobardes.