LOS IMPONDERABLES
Según el diccionario de la Real Academia Española, imponderable es todo factor que interviene en la determinación de ciertos acontecimientos, pero cuya influencia es difícil de precisar. En tal contexto, el futbol mexicano se encuentra lleno de ellos, pues la sorpresa asalta con inaudita frecuencia.
Imponderable es trabajar para una persona de proceder dudoso, al que todos los índices señalan como un pájaro de cuenta; al patrón generalmente no lo escoge el empleado pero al exceder esa elección a la ponderación individual, a lo que debemos atenernos es a la reacción que el descubrimiento conlleva.
En ese sentido, contrastante resulta el comportamiento de dos personajes de nuestra sociedad; por un lado, el comunicador Javier Solórzano, director del diario El Independiente, propiedad de Carlos Ahumada, al conocer el video implicatorio en actos corruptos inmediatamente presenta su renuncia al cargo. Edgardo Codesal, presidente del Consejo de Administración de los clubes León y Santos cuyo dueño es el mismo empresario sale a su defensa. No se elige la personalidad del jefe, simplemente, se obra en conciencia.
En sentido contrario, no puede hablarse de imponderables en la relación de Carlos Ahumada con la Federación Mexicana de Futbol puesto que es una obligación del máximo organismo rector del balompié velar por la seguridad y solvencia moral de los afiliados. Permitir que, por el simple hecho de adquirir un equipo, un individuo o sociedad pueda ingresar al futbol profesional es, por decir lo menos, una irresponsabilidad.
En otro tema pero siempre hablando de lo mismo, Jaguares de Chiapas ha empezado a entender esto de los imponderables.
Ser superlíder a la mitad del torneo no es, para nada, un asunto menor, sobre todo tratándose de un equipo diseñado para salvarse. Pero Trejo y sus pupilos deben aprender que los otros diecinueve clubes desean con toda su fuerza bajarlos del pedestal.
De ahora en adelante todo cuenta y debe, sobre todo, tomarse en cuenta. Público, prensa, federativos, rivales, arbitraje, relaciones, lesiones, suspensiones, estado de ánimo, en fin, todo aquello que escapa a la previsión y a la prevención. Si todos deberían tomarlo en cuenta, mucho más un equipo que no pertenece a la aristocracia futbolística.
Imponderable para bien, la actuación de las féminas de cortos pantaloncillos y largos sueños que se empecinaron en ir a Atenas; nadie daba un cacahuate por ellas y sólo Leo Cuéllar a nivel técnico y Enrique Silva Terán en el plano directivo confiaban en el grupo. Hoy el culto a las damas en el futbol se puede volver furor. Nada más recordar que no hace mucho llenaron el Azteca.
Lo que sucede en Cruz Azul es innombrable.
Una de las mejores directivas de México, una empresa maravillosa, público fiel y entregado, sucumbe ante una pandilla de farsantes que no entiende lo que la institución representa. No es Enrique Meza la falla. Son los malditos imponderables.
FINANCIERO
¡Que vuelvan los novatos!.
Es el clamor general luego de la desastrosa actuación de los árbitros experimentados en las últimas jornadas.
Gilberto Alcalá no las ha tenido todas consigo, Archundia está hecho un bodoque y Marco Rodríguez junto a Abramo Lira están convertidos en una amenaza.
Lo que hizo Rodríguez en Chiapas pasará a la historia como un compendio de asesinatos arbitrales y Abramo jugó enfundado en la casaca que hoy porta como directivo su padrino Edgardo Codesal.