S E G U R I D A D J U R Í D I C A
Uno de los reclamos más recurrentes de la sociedad en general en nuestros días es la absoluta falta de seguridad jurídica prevaleciente. En un Estado de Derecho, dicha seguridad radica en el hecho de que nadie puede estar por encima de la ley, una guerra frontal y declarada a la impunidad y la aplicación puntual de las normas establecidas al caso concreto.
De esta manera, el ciudadano común, así como usted y yo, tendría que saber a qué atenerse cuando contraviene alguna disposición y cuál sería la sanción correspondiente.
Cuando las influencias, el dinero, los grupos de presión o el Poder dictan el curso de investigaciones tendientes a determinar un ilícito, estamos en ausencia de la seguridad jurídica tan necesaria para construir un armónico orden social.
El futbol carece de este importante elemento pues parece aplicarse a cada caso aquello de ?según el sapo, la pedrada?. Esto se agudiza por la tremenda audacia de los voceros oficiales de la Federación Mexicana de Futbol, quienes con la osadía que suele otorgar la ignorancia salen con comentarios tan absurdos como aquel de que ?en la Federación no hay moral? atribuido al titular de la Rama de la Primera División.
Otorgar un certificado de afiliación a un equipo a mitad de temporada es, por decir lo menos, una aberración jurídica. Resulta increíble que se tengan que desatar hechos lamentables e incontrovertibles para que los federativos examinen el origen del dinero con el que se compró una franquicia.
Al ser la Federación el máximo organismo rector del balompié, está por supuesto facultada para condicionar cualquier compraventa al apego a la normatividad; hacerlo al revés daña la estructura y permite el arribo de insolventes y vivales.
Afortunadamente parece entrar un poco de razón al edificio de la calle Colima con el ingreso de Decio de María Serrano. En boca de él se escuchó la negativa del organismo a afiliar al grupo comandado por Carlos Ahumada y la presunta propiedad del Santos Laguna, pero siguen preguntas en el aire. ¿Qué pasará con el equipo? ¿Cuál es la consecuencia de carecer del Certificado de Afiliación? ¿Puede un no afiliado seguir jugando en la Liga e incluso representar a México en Copa Libertadores? ¿Son válidos los acuerdos contractuales entre jugadores y cuerpo técnico con el hoy desconocido, a nivel Federación, Carlos Ahumada?
Como se ve, son más las preguntas que las respuestas y se debe tratar de proteger a una institución respetable como Santos Laguna, a jugadores, cuerpo técnico y sus familias, a la propia Federación, pero sobre todas las cosas al público, que es quien hace posible el futbol.
El arbitraje también contribuye a la falta de seguridad jurídica. Es increíble que mientras con un jugador que se quita un zapato y lo lanza a la tribuna al anotar un gol no pase nada, con otro, por quitarse la playera, sea expulsado.
Tampoco resulta admisible que los comentaristas digan: ?por menos de eso, Marco Antonio Rodríguez lo expulsa?.
No señores, el tema es que todos sepan a qué atenerse, al margen de quien sea el silbante.
Para ello, es necesario que la Comisión de Árbitros elabore y distribuya un boletín con los criterios a seguir.
En casa del herrero, azadón de palo.