Generalmente se dice que los hijos son una bendición de Dios, no lo dudo, pero la verdadera bendición, desde mi punto de vista, es la madre, la mujer incondicional, que entrega profundamente su amor a un ser que apenas siente en el vientre y la que día tras día y noche tras noche, pasen los años que pasen, no deja de enviar bendiciones constantes a sus hijos.
Me refiero a esto, porque es muy acostumbrado dar el regalo del Día de la Madre "sin falta", como le dan su regalito en las Navidades a sus mamás, mas sin embargo, parece una epidemia de estos tiempos modernos, en que las hijas ya casadas buscan mejores condiciones económicas de vida y para esto requieren de encargar a sus hijos, generalmente con la madre, sabiendo de antemano que por el gran amor que les profesan jamás se negarían, no obstante, de qué vale un regalazo el Diez de Mayo, si todos los benditos días le privan de una vida merecidamente plena, con el sentimiento de haber cumplido con educar a los hijos ahora ya no pueden dedicarse a ellas mismas, a tomar una clase de pintura, un taller de oración, o quizá una clase de gimnasia, porque ahora la preferencia es cuidar a sus adorados nietos.
La vida se nos va día tras día, por eso requerimos vivirla plenamente, de regalar el respeto, el tiempo y dar el lugar a nuestras madres, cuando convivo con este numeroso grupo de madres, pienso festejar el día de la madre.
Feliz Día de las Madres, que Dios las llene de bendiciones, que de amor y paciencia ya están llenas.
Hasta la próxima...