Ya las Águilas del América pueden estar tranquilas, pues han encontrado compañeros para su dolor. No se piense que un cuadro con la prosapia de los cremas iban a andar buscando a cualquier hijo de vecino como cómplice de sus desdichas y desventuras. No, tenía que ser alguien de clase, tradición y mucha historia.
Hoy los de Coapa hacen suyo aquel dicho de "Mal de muchos, consuelo de tontos" pues se sienten hermanados por el ridículo de otro equipo millonario que se descosió en el camino: los Yanquis de Nueva York.
Al estilo americanista, los del Bronx armaron un equipazo para ganarlo todo y fueron terriblemente humillados, y lo que es peor, por el rival acérrimo, aquel con quien no se puede ni debe perder como son los Medias Rojas de Boston.
Los pupilos de Joe Torre copiaron de los aguiluchos la falta de actitud, el conformismo, la apatía, la mediocridad, la ausencia de mentalidad y agallas y creyeron que con la pura franela iban a derrotar a sus oponentes. ¡Pobres ilusos!.
Cada cual en su medio, toda proporción guardada, son instituciones de gran prestigio y colores que la gente sigue hasta la idolatría, sin embargo, ahora la derrota los une y arrastrarán la cobija, los Mulos de Manhattan, hasta el próximo verano, y las Águilas de Coapa, mientras no encuentren el hilo conductor que lleve de vuelta al grupo a la senda del buen futbol.
Yanquis perdió una serie de campeonato por soberbia; creyeron que la serie estaba definida al verse arriba tres juegos a cero, pero olvidaron una premisa fundamental: esto no se acaba hasta que se acaba y hay que sacar el último out.
El América ha fincado la pésima racha por la que atraviesa en el mismo principio: una soberbia estremecedora.
Pensaron que un equipo se hace a golpe de chequera y gastaron en serio, aunque los "refuerzos" hayan resultado, hasta ahora, unos verdaderos petardos.
Sebastián Saja, Horacio Ameli, Claudio López y Rodrigo Valenzuela simplemente no han funcionado. Reinaldo Navia está muy lejos del nivel al que nos tiene acostumbrados y "Djalminha", fingiéndose lesionado y dando su futbol a cuentagotas, le vio la cara gacho a los jerarcas americanistas.
En fin, los Yanquis perdieron cuatro juegos seguidos y se abre la posibilidad de que la llamada "maldición del ?Bambino?" se rompa este año.
Dicha maldición la cargan los Medias Rojas desde 1920 cuando le vendieron a ?Babe? Ruth a los Yanquis en 125 mil dólares. Desde entonces no han logrado ganar una Serie Mundial remontándose a 1918 su más reciente triunfo en el clásico de otoño teniendo al "Bambino" como jugador estelar.
América tiene la suerte de jugar en el grupo más flojo del futbol mexicano y con doble jornada enfrente podría salir del mal momento.
Por ahora, Yanquis y América, hermanados por el dolor, ven juntos en la tele que los ricos también lloran.