EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La lucha entre “graffiteros” y comerciantes se ha vuelto un círculo vicioso, pues mientras los primeros se desvelan dibujando las paredes, los últimos deben despertar temprano para limpiarlas.
“Dan una mala imagen al negocio, no se puede exhibir bien el material para su venta y esto nos afecta mucho”, dijo Manuel Sánchez, comerciante.
Sánchez manifestó que le gustaría que se tomaran penas más severas contra las personas que realizan este tipo de actos, pues se ha vuelto ya algo de todos los días y parece que no va terminar.
“Los ‘graffiteros’ no consideran todo lo que afectan a los negocios, sino más bien lo ven como lo que están haciendo como seres humanos, no ven que están afectando a terceras personas. Donde quiera, por muy mínima que sea la pintada, da muy mal aspecto”.
La ciudad ha crecido en términos de expansión e industrialización y su número de visitantes aumenta, por lo que la apariencia de las calles y negocios es una preocupación primordial para los laguneros.
“Torreón está creciendo, se está volviendo una ciudad muy industrial, entonces vienen muchas personas de fuera y luego ven todo ‘graffiteado’ y se llevan muy mala imagen del tipo de gente que hay aquí”, señaló José Martínez, vendedor ambulante.
“Yo no lo veo como un arte, sino como destruir partes de la ciudad, qué bueno fuera que fueran pinturas que te dejaran un mensaje, pero sólo están proyectando una mala imagen de la gente de Torreón”, agregó.
Irene Morales, comerciante, manifestó que aunque su esposo pinta seguido la puerta de su negocio, al día siguiente encontraba nuevamente “graffitis”.
“A mí me gustaría verlos y ponerlos a pintar yo a ellos, a ver si así ya respetan”, agregó, “como dicen, cuando te cuesta algo no lo vuelves hacer”.
Y mientras los comerciantes siguen pidiendo castigos más severos para estos dibujantes nocturnos, los “graffiteros” siguen marcando poco a poco cada rincón de la ciudad.
El otro lado de la moneda
Aarón ha pintado “graffiti” en numerosas ocasiones, pero nunca lo han “cachado”. Para él, ésta es una forma de dejar su “marca” por el mundo, ya que su espíritu pesimista le dice que no habrá otra manera de que lo consiga, puesto que no cree que pueda sobresalir en nada de lo que haga ni piensa darse la oportunidad para lograrlo.
“El ‘graffiti’ es una forma de expresión que debemos respetar, los ‘cholillos’ tienen sus cosas”, dijo Rogelio Mier, vendedor de golosinas y cigarros en la avenida Morelos.
“Es una competencia entre ellos y aunque molestan a muchas personas yo creo que sí se les debería dar más espacio para hacer sus pinturas”, manifestó, “que si se hacen bien pueden ser muy buenas”.
Mier agregó que aunque está en contra de que dibujen las paredes de los negocios y casas, está a favor del “graffiti” como arte y disfruta de las pinturas que hay a la entrada de la ciudad.
