La asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos, dijo que sólo el haber tenido mejor información de inteligencia, pudo haber prevenido los ataques del 11 septiembre de 2001.
08 de abril de 2004.
Washington, (EFE)- La consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, admitió hoy que el presidente de EEUU, George W. Bush, y sus más directos asesores analizaron la posibilidad de "hacer algo contra Irak" tras los atentados del 11-S.
"Dado que esta era una guerra global contra el terrorismo, ¿había que mirar sólo a Afganistán, o también a la posibilidad de hacer algo contra Irak?. Se habló de eso", dijo Rice ante la comisión que investiga los atentados del 11 de septiembre de 2001. Esto no quiere decir, matizó la consejera, que se estudiara de una manera seria atacar militarmente al régimen de Bagdad, sino que se abordó la cuestión de Irak en el marco de un amplio abanico de asuntos a considerar a raíz de los ataques terroristas.
Teniendo en cuenta las circunstancias, "no es de extrañar que el presidente preguntara ¿y qué pasa con Irak?", subrayó la asesora de Bush durante el turno de preguntas de los miembros de la comisión.
La consejera relató que tras el 11-S "el presidente escuchó a todos sus asesores" y aseguró que "al preguntar uno por uno sobre lo que debía hacer, ni uno solo de sus principales asesores le dijo que había que atacar a Irak. Sólo se habló de Afganistán".
Rice añadió que fueron el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y su "número dos", Paul Wolfowitz, los únicos que "presionaron un poco" para prestar más atención a Irak y a la posibilidad de que Sadam Husein "pudiera sacar provecho" de los atentados.
Sobre las revelaciones del ex asesor de la Casa Blanca en materia de terrorismo Richard Clarke acerca de que Bush le presionó, e incluso le intimidó, para que encontrara un vínculo entre Al Qaia e Irak, Rice manifestó que el presidente no ejerció presión alguna contra nadie.
"Me consta que el presidente no presionó a nadie para que manipulara los hechos", dijo la consejera en respuesta a las acusaciones de Clarke, quien denunció hace dos semanas ante la misma comisión que Bush buscaba desesperadamente relacionar a Irak con el 11-S para poder justificar más adelante la invasión de ese país.
Rice defendió también el papel del gobierno en el manejo de la información que se le facilitó semanas antes de los atentados que mataron a más de 3.000 personas en Nueva York, Washington y Pensilvania, sobre el riesgo de un atentado de Al Qaida en EEUU.
En concreto se refirió a un memorándum elaborado por Richard Clarke, del que Bush y sus asesores tuvieron conocimiento el 6 de agosto, en el que se aludía a la presencia de células de Al Qaida en territorio estadounidense y de sus posibles planes de ataque.
Rice reconoció que el informe hablaba de posibles atentados dentro de las fronteras de EEUU, pero indicó que el documento sólo incluía información histórica sobre las actividades del grupo terrorista y no especificaba la posibilidad de un ataque inminente.
El miembro de la comisión que le preguntó sobre este documento, el demócrata Richard Ben-Veniste, le instó a que autorizara la desclasificación total de este memorándum para que "la gente pueda decidir por si misma" si incluye información fundamental o no.
"Mucho era especulativo y no incluía una advertencia", subrayó la consejera de Seguridad Nacional, quien explicó que el presidente tomó nota y quedó al tanto de que el FBI y la CIA tenían abiertas varias investigaciones para seguir las posibles pistas.
El problema fue, consideró Rice, que EEUU tiene "una cultura y una historia" contraria a que los servicios de inteligencia investiguen a los ciudadanos estadounidenses, lo que derivó en "fallos estructurales" que impidieron anticipar los ataques.
"Teníamos un problema estructural que nos impidió unificar la información que había sobre posibles atentados", subrayó.
ENTRE AMENAZAS
Rice agregó que el inicio de la guerra se remontaba al comienzo de la década de 1980 y dijo que Estados Unidos, como otras democracias amenazadas, esperó hasta que la amenaza fue demasiado peligrosa como para ser ignorada para movilizarse totalmente a fin de enfrentar el riesgo.
Pero la funcionaria dijo que cuando asumió en enero del 2001, el gobierno de Bush comprendía totalmente que Al Qaeda representaba una amenaza seria.
Rice dijo que Bush recibía informaciones regulares del jefe de la CIA, George Tenet, e inmediatamente comenzó a trabajar para establecer una estrategia para combatir a Al Qaeda.
"El presidente Bush comprendía la amenaza, y comprendía su importancia. El nos dejó en claro que no quería responder a cada ataque de Al Qaeda por separado. El me dijo que estaba 'cansado de matar moscas'", dijo Rice.
Durante un período que se conoció como "el verano de las amenazas", Rice dijo que la administración puso al gobierno en un "alto estado de alerta y actividad".
Pero la asesora de seguridad dijo que las amenazas no eran específicas y que la mayoría indicaba que el ataque ocurriría fuera de Estados Unidos, especialmente en Oriente Medio o Africa del Norte.
Rice agregó que ninguna de las informaciones previas al 11 de septiembre mostró que extremistas fueran a utilizar aviones como misiles.
Felicita Bush a Rice
EL presidente de Estados Unidos, George W. Bush, felicitó hoy a su asesora de seguridad nacional Condoleezza Rice, por su testimonio ante la comisión del Congreso que investiga los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.
Bush, quien esta semana se retiró a su rancho particular de Crawford, Texas, para pasar ahí las festividades de Pacua, llamó a Rice por teléfono para indicarle que su testimonio había sido "estupendo", dijo la vocero de la Casa Blanca, Claire Buchan.
"El presidente considera que ella hizo un magnífico trabajo articulando las opciones previas al 11 de septiembre", precisó Buchan.