EL SIGLO DE TORREÓN
Un buen momento para convivir es, sin duda, la hora del desayuno. Ayer por la mañana en el restaurante del Hotel Crowne Plaza se hallaban apreciadas personas que, de alguna manera u otra, festejaban un acontecimiento en particular.
El grupo formado por Andrés, Ricardo, Hassan Hamdan Zuno, Norma Zuno de Domínguez, Norma de Domínguez, Edna Zuno de Hamdan, al saludarles estaban en pleno almuerzo y mientras saboreaban el buffet, nos anunciaron el cumpleaños de Ricardo para mañana viernes y del cual dijeron, lo celebrarían posteriormente con la intención de organizar una buena pachanga, que por cierto tendrá dos motivos: el primero, claro, su onomástico y el segundo, aprovechar su estancia en esta ciudad ya que él radica en Carolina del Sur, donde estudia la carrera de negocios internacionales. El joven lagunero confesó que extraña enormemente a su familia y además... a la señora que lo atendía en los quehaceres domésticos.
Por diferentes motivos no se podrían reunir, pero por fin lo hicieron las señoras Irma R. de Cáceres y la pintora María del Rosario Rodríguez de Ramos, quienes ya habían terminado de desayunar y en sobremesa platicaban de tantos temas, pero se enfocaron en común a uno... el arte, ya que a la primera de ellas le fascina el diseño floral y a la segunda las creaciones plásticas. Por cierto, el próximo primero de julio, Rosario presentará una exposición colectiva de tarjetas postales y aprovechó el medio para invitar al público a que asista al museo de la UAL del Palacio Federal.
Otro grupo de amigas, pero muy, muy amigas, integrado por Gabriela Granados, Hilda Quintanilla y Marcela Borrego, se reunieron para desayunar. Las damas ex compañeras de clases gozan de una amistad de 18 años que conservan también con Tere Fernández, Claudia Reed, Yola Gómez, Perla Fernández, Charito Siller y Lucero.
En una mesa vimos a la lagunera Ruty Castañeda Limones, acompañada de su mamá María de Jesús Limones y de su hermano Manuel, quienes acudieron a ese hotel donde ella se encontraba hospedada para saludarla, ya que radica en la Ciudad de México desde hace 12 años, pues emigró para ejercer su profesión como médico en endocrinología y nutrición. La profesionista visitó su terruño para promover el Programa Nacional Contra el Colesterol, campaña que por cierto terminó el día de ayer con unas interesantes pláticas.
Sentada en su mesa con un rico desayuno, se encontraba Elsa Alba de Moya con sus pequeños hijos, mientras el jefe de la familia el arquitecto Mario Moya, atendía asuntos de trabajo. La familia es originaria de León, Guanajuato y estará sólo algunos días más en La Laguna, tierra de la que se expresó de maravilla.
