“Los costos de la competición y del cambio tecnológico recaen de manera desproporcionada sobre algunos”.
Raghuram Rajan (FMI)
Es frecuente que con motivo de las reuniones de los Países industrializados, Organización Mundial de Comercio ó de los diversos eventos relacionados con el libre mercado, en cualquier parte del mundo, presenciemos cada día mayores protestas en contra del capitalismo ó del neoliberalismo, independientemente de que algunos de los argumentos de los grupos en contra de la globalización pueden tener verdadero fundamento en muchas de las repercusiones contra segmentos de la población, también es necesario reconocer los beneficios que esto representa para otros.
Lo anterior tiene qué ver con el hecho de que en los últimos años el crecimiento económico del País ha sido desafortunado lo que se refleja en un mayor desempleo y por consiguiente, en el ingreso per cápita de las personas, además a pesar del inicio de la recuperación económica de Estados Unidos, nuestro País no está respondiendo a las expectativas que se tenían cuando se estaba en espera del repunte de dicho País. Se acaba de terminar el primer período ordinario de sesiones del Congreso y con desagrado podemos afirmar que nuevamente se perdió el tiempo en discusiones estériles pero sobre todo, en temas intrascendentes ó en todo caso sobre hechos escandalosos y en ningún momento se abordan los asuntos verdaderamente importantes para la nación, de tal forma que no hay certeza de un rumbo claro que permita condiciones de certidumbre y confianza que le dé seguridad a la inversión interna y externa, con sus excepciones desde luego.
Por otra parte existe un buen número de empresas que se manejan por la inercia del mercado sin conocer con precisión las causas de sus problemas y en ocasiones con desconocimiento del desempeño de sus procesos, como dice un proverbio maya, “sólo las cosas que sabes cómo están, puedes decir cómo van a estar”.
Durante una reciente conferencia sobre los “clusters en la Industria Mexicana”, Jesús Sánchez Arciniega catedrático de la UNAM, consideró que “en México es necesario un acuerdo de desarrollo industrial que permita el reordenamiento de las empresas e impulse la competitividad, afirmando que en México existen concentraciones de empresas, que carecen de un orden lógico y de una cadena productiva que impulse el desarrollo sostenido y lamento que el País carezca de un esquema de especialización industrial”.
A pesar de las condiciones de incertidumbre es necesario que la competitividad sea mejorada mediante acciones a todos los niveles y con la participación de todos los sectores de la economía para impulsar el desarrollo con base en el fortalecimiento del mercado interno. Pero para que lo anterior no quede solo en retórica, qué mejor que compartamos algunas enseñanzas del especialista en mercadotecnia Philip Kotler que dice lo siguiente; “ Las empresas mexicanas podrían tener un mayor éxito a nivel mundial, si:
Modificando sus costos de operación, aunque no las características de su producto.
Ofrecer por lo mismo un precio más reducido.
Los esfuerzos deben estar orientados hacia sus clientes los cuales ocupan la punta de la pirámide.
Contar con una fuerza de ventas especializada y clasificar a los clientes en aquellos que tengan un mayor potencial de crecimiento, los que ya producen utilidades y los que no generan ninguna.
El propósito de enfocarse a los que menos gastos generen a la empresa.
La empresa tiene qué definir a sus competidores y vigilarlos; en ésta estrategia la tecnología tiene un papel clave, ya que en la red puede encontrarse información relevante sobre otros jugadores del mercado.
Terminaría diciendo que el éxito no es casual, pertenece al que sabe pensar, planear, ya que la estrategia nace del nivel máximo de la empresa que es quien es el último eslabón de ella... el líder de la misma.
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