Buenos Aires, (EFE).- Tras catorce días de caminata por terrenos y climas adversos, un grupo de expedicionarios argentinos logró cruzar a pie por primera vez la inhóspita Isla de los Estados para rendir homenaje a uno de los pioneros de la Patagonia.
La idea de los seis aventureros era recordar al comandante Luis Piedrabuena, quien por su defensa de la soberanía de la Patagonia llegó a ser propietario a mediados del siglo XIX de la Isla de los Estados, donde se encuentra el famoso "Faro del fin del mundo", que inspiró al escritor francés Julio Verne.
"Salió todo tal cual lo habíamos planeado, con un gran esfuerzo. Cruzamos longitudinalmente por primera vez la Isla de los Estados con mochilas de 30 kilos para autoabastecernos", contó el capitán de fragata Guillermo Tibaldi, jefe de la expedición en la que participaron otros dos miembros de la Armada y tres civiles.
La expedición había partido el 20 de enero a bordo de un buque oceanográfico de la marina argentina desde la ciudad turística de Mar del Plata, unos 420 kilómetros al sur de Buenos Aires, y concluyó cuando llegaron a la ciudad patagónica de Ushuaia.
La Isla de los Estados, que tiene una longitud 65 kilómetros y está rodeada por los heladas aguas del Atlántico, posee un terreno declarado "intransitable" por el Instituto Geográfico Militar argentino.
"Cumplimos la expedición en 14 días, en medio de un terreno agreste y quebrado, rodeado de precipicios. Pasábamos de una altura de 800 metros al nivel del mar en pocos kilómetros y enfrentábamos temperaturas que llegaban a cinco grados bajo cero", contó Tibaldi.
"Aunque la isla mide 65 kilómetros, caminamos unos 200 kilómetros porque muchas veces había niebla que no nos permitía avanzar y teníamos que desandar el camino. También llovió durante cuatro días seguidos, pero la lluvia nos daba cierta visibilidad", agregó.
La isla tiene vientos de hasta cien kilómetros por hora, un promedio de lluvias de 250 días al año y está ubicada en una región donde son frecuentes los naufragios por la combinación de fuertes vientos, escollos y corrientes marinas.
"La idea era rendir un homenaje a Piedrabuena con un acto diferente de militares y civiles, a 170 años de su nacimiento y 120 de su muerte. Piedrabuena tenía montones de actos de coraje y de salvataje de náufragos porque era la época de la navegación a vela", describió Tibaldi desde Ushuaia, la ciudad más austral del mundo.
El gobierno argentino reconoció la heroica labor de Piedrabuena en 1868, cuando le otorgó la propiedad de la Isla de los Estados, donde, por iniciativa suya, se construyó un año después de su fallecimiento el "Faro del fin del mundo", que inspiró a Julio Verne para escribir la novela que lleva el mismo nombre.
En la isla, Piedrabuena construyó una fábrica de grasa de lobo marino y pingüino y con el dinero que ganaba se dedicaba a rescatar a los náufragos sin cobrarles nada.
Durante la travesía, los expedicionarios -entre los que había dos mujeres- tomaron muestras de más de veinte lagos de altura nunca antes recorridos para su estudio científico y recolectaron gran cantidad de material fotográfico de lugares inexplorados por el hombre.
Antes de esta expedición, se tiene conocimiento de sólo dos travesías prolongadas a pie en la isla, que no llegaron a concluirse: la primera realizada en 1979 y la segunda en 1989.
