Nueva York EU (Notimex).- El Museo Metropolitan de Nueva York anunció la compra de un nuevo cuadro, "Madonna and child" de Duccio di Buoninsegna, valorado en más de 45 millones de dólares, lo que sería la adquisición más cara de toda su historia.
Del tamaño de una hoja de papel, la pintura, en témpera y oro sobre madera, está fechada alrededor del año 1300 y es la última de este maestro del temprano renacimiento italiano que permanecía en manos de un coleccionista privado.
El director del Museo, Philippe de Montebello, describió la operación como "una de las más importantes adquisiciones de la mitad del pasado siglo" y destacó la rareza y valor de la pintura firmada por Buoninsegna (1278-1319), que no ha sido expuesta en más de dos generaciones.
Según publicó este miércoles The New York Times, el museo habría pagado entre 45 y 50 millones de dólares por la obra, un precio record en su historia, que hasta ahora lo ostentaba "White flag" (1955) de Jasper Johns, adquirida en 1998 por 20 millones de dólares.
Pero fuentes del museo contactadas por Notimex no quisieron confirmar ni negar esta información, señalando que su política le impide hablar del precio de las obras que compra, aunque sí admitieron que podría ser la pieza más cara comprada por ellos.
Montebello indicó que "esta maravillosa pintura, pequeña en tamaño pero inmensa en calidad e influencia, se convertirá en una de las obras representativas del Metropolitan" y añadió que el cuadro cierra una brecha abierta en su colección.
Así, los visitantes podrán ahora por primera vez seguir la trayectoria completa de la pintura europea desde sus comienzos hasta el presente. El director del museo destacó además su "enorme belleza" que dará a la colección del museo "una nueva dimensión".
Junto con Giotto, Duccio es considerado uno de los dos fundadores de la pintura de la Europa occidental, siendo sus trabajos de extrema rareza aunque sólo son conocidos una docena de ellos, entre ellos el famoso "Maestá" que está en el Museo dell'Opera del Duomo en Siena (Italia).
La mayoría de sus obras que cuelgan de museos de todo el mundo son fragmentos de este grandioso altar, que incluye más de 60 escenas. El Metropolitan de Nueva York quiso dejar claro que la obra comprada es un trabajo independiente y no un trozo de otra mayor.
