París, (EFE).- El pañuelo que llevaba Luis XVI antes de ser guillotinado durante la Revolución Francesa fue comprado por una familia franco-estadounidense, por 70.000 euros, en una subasta organizada en Loches (centro de Francia).
La prenda, una reliquia para los nostálgicos de la monarquía en Francia y por la que se había interesado la rama española de los Borbón, entre otros, fue adquirida por teléfono por una familia cuyo nombre no ha sido revelado.
El precio logrado por la pieza, puesta a la venta en coincidencia con el aniversario de la muerte del célebre monarca, el 21 de enero de 1793, es el mayor conseguido por una prenda de vestir, tras los 60.000 euros recaudados por una camisa de Napoleón.
El 'foulard' de Luis XVI (1754-1793), hijo del "Delfín" Luis -único descendiente varón de Luis XV- y de María Josefa de Sajonia y casado con María Antonieta de Austria en 1770, partía con un precio de salida de 15.000 euros.
El gran pañuelo (1,60 metros de largo por 76 centímetros de ancho) del monarca, que reinó desde 1774 a 1792, será conservado alternativamente en Francia y Nueva York, reveló el perito tasador de la subasta, Philippe Rouillac.
La identidad de los compradores permanece en el anonimato, pero según Rouillac "se trata de una gran familia franco-estadounidense, vinculada a la familia real, que con este gesto han querido recordar a los franceses y norteamericanos la importancia decisiva de Luis XVI" en la independencia de EEUU.
La subasta, que levantó gran expectación en el salón de honor del Ayuntamiento de Loches, incapaz de albergar a las numerosos personas que acudieron a la puja, se decantó finalmente por uno de los compradores telefónicos.
Los monárquicos franceses consideran el pañuelo, que en la época se denominaba corbata, como una reliquia llena de simbolismo, ya que el cuerpo del rey y las ropas negras que llevaba en el momento de su muerte fueron quemados tras la ejecución para que no quedase ningún rastro.
Según la leyenda, el pañuelo se salvó porque momentos antes de salir de su encierro para ser ejecutado junto a la reina María Antonieta, Luis XVI se lo entregó a uno de sus amigos, que sería ejecutado un año más tarde precisamente por ocultar la prenda.
El pañuelo apareció en un baúl de un castillo de una familia de la región de Tourain (centro), que decidió sacarlo a la venta en vista de que no se ponían de acuerdo sobre quien de ellos debería ser el encargado de conservarlo, concluyó el perito tasador.
En la subasta también se pusieron a la venta otros objetos del monarca y de su familia, como un pequeño cuchillo de caza de su hija María Teresa, una caja con el retrato de su hijo Luis y una factura del peluquero de su hermana Isabel.