EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Alrededor de 75 elementos de tránsito se manifestaron en la presidencia municipal para apoyar al director, Jesús Reyes Espino y al comandante, Manuel Félix Hernández, desmintiendo las acusaciones de corrupción de que han sido objeto.
Desde las 11:20 de la mañana se postraron en la explanada del Ayuntamiento los agentes, que ante la ausencia de la alcaldesa, Leticia Herrera Ale, fueron atendidos por el secretario del Ayuntamiento, Jesús Rey Guevara.
Reyes Espino, director del departamento de Tránsito, fue acusado de extorsión por agentes que trabajan bajo su mando, quienes afirmaron que les exigía cuotas diarias, que se les sometía a humillaciones y demás malos tratos si no cumplían con la cantidad señalada, además de que eran obligados a trabajar en labores de mantenimiento en la casa del director.
Los agentes que señalaron esta conducta de Reyes Espino comentaron que incluso vivían amenazados con no divulgar nada sobre el tema.
Pero los oficiales que asistieron a la manifestación dijeron que ni Reyes Espino ni Félix Hernández les habían solicitado alguna cantidad por asignarlos en un punto de trabajo o hacerles algún favor, así como que nunca se habían sentido presionados ni se les había tratado con groserías o insultos.
“Se ha hablado mucho al respecto de ellos, los inmiscuyen en actos de corrupción”, dijo uno de los agentes de tránsito, “esto no es cierto y queremos que se nos escuche y se nos tome en cuenta”.
Los agentes se mostraron molestos por las declaraciones hechas anteriormente por sus compañeros en contra de sus jefes, pero aseguraron que se había tergiversado la información en beneficio del periodismo amarillista e intereses ocultos, sin dar más datos al respecto.
Al mediodía los agentes se retiraron, no sin antes quejarse de que el secretario del Ayuntamiento no les resolviera su problema.
“Todo fue habladurías, pues ni quedamos ya en nada, no se resolvió el problema”, manifestó otro de los agentes.
La intención de los oficiales al presentarse en el Ayuntamiento era que se cesara el desprestigio hacia su director y su comandante, pero Rey Guevara les insistió en que para cambiar esa mala imagen tenían que hacerlo ellos mismos en su trabajo diario.