Señala el Ejército de EU que en cinco días de combate murieron más de mil insurgentes.
EFE
BAGDAD, IRAK.- El Gobierno interino iraquí anunció ayer el fin del asalto a la ciudad rebelde de Fallujah y la muerte de más de mil de insurgentes, mientras la confusión y la violencia reinan ahora en Mosul, localidad al parecer tomada por grupos rebeldes.
Pese a la declaración, intensos combates se libraban todavía en diversos puntos de la ciudad, especialmente cruentos en los barrios de Al Shuhada, Al Yolan y Sinaai, baluartes de los grupos armados que aún luchan.
?Ahora sólo resta derrotar aisladas bolsas de resistencia?, dijo a los periodistas el ministro de Estado para Asuntos de Seguridad Nacional, Kazem Daud.
Fuentes militares estadounidenses en el frente explicaron, por su parte, que esperan hacerse con el control definitivo de la ciudad en las próximas horas.
El canal de televisión por satélite qatarí Al Jazzera asegura que los insurgentes lograron ayer atacar con éxito un campamento militar estadounidense, incendiado en parte después de haber sido alcanzado por varios cohetes.
La información no ha sido confirmada ni desmentida por el mando militar en Bagdad.
El Ejército de EU emprendió el asalto a Fallujah la madrugada del pasado lunes, tras dos semanas de cerco y bombardeo continuo sobre la urbe.
Kazen Daud reveló también que durante los casi cinco días de combates han muerto más de un millar de insurgentes y cerca de 200, muchos de ellos de nacionalidad extranjera, han sido arrestados.
El responsable iraquí no facilitó, sin embargo, información sobre el número de civiles que habrían perecido durante el demoledor embate.
EU asegura, por su parte, que es ?mínima? la cifra de ?bajas colaterales?, término con el Ejército norteamericanos denomina a la población civil.
Pero organizaciones internacionales y médicos atrapados en la ciudad denuncian que en Fallujah se ha perpetrado una ?tragedia humanitaria? y que en las calles hay decenas de cuerpos sin vida en los que ha comenzado el proceso de descomposición.
Además, centenares de civiles, entre ellos mujeres y niños, vagabundean entre los cascotes en busca de socorro, alimentos y agua.
Tras dos días de desesperados llamamientos, un convoy de la Media Luna Roja iraquí logró ayer penetrar en la zona de guerra y comenzar a atender a la población y a distribuir comida, mantas, medicamentos y equipos de potabilización de agua.
?Ha conseguido entrar y sus primeras informaciones son que la situación es tan desastrosa como nos temíamos?, declaró Firdus al Ubaidi, portavoz de esta organización adscrita al Comité Internacional de la Cruz Roja.
Al tiempo que el asalto a Fallujah languidece, la violencia y el caos florecen en la localidad septentrional de Mosul, en cuyas calles los insurgentes, patrullan con total impunidad.
Según el relato de los testigos, decenas de iraquíes asaltaron ayer la sede de una compañía vinculada con EU en el barrio septentrional de Malain, después de que sus ocupantes huyeran y la abandonaran.
El Gobierno iraquí despachó ayer unidades de refuerzo de la fuerza de Intervención Rápida de la Guardia Nacional para tratar de controlar la ciudad, en manos de los insurgentes, según sus habitantes.
Baker Mustafa, residente en Mosul, relató que rebeldes con armas ligeras y lanzagranadas ARPG recorren con total libertad las calles, donde no se ve rastro ni de policías ni de tropas estadounidenses.
Mustafa asegura, asimismo, que los rebeldes están apostados sobre los tejados de las comisarías de Al Waqaf y Al Gabat y que la sede del Partido Kurdo Islámico fue incendiada por una banda de encapuchados.
Horas antes, se habían desencadenado enfrentamientos entre los rebeldes y los milicianos de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) iraquí, cercados en sus oficinas del centro de Mosul.
Fuentes de la Policía iraquí dijeron en Bagdad que EU planea trasladar cinco mil soldados del cerco de Fallujah a Mosul para tratar de recobrar el control, información que no ha sido confirmada ni desmentida por el mando militar.
Evade cerco Al Zarqawi
Un asalto que concluyó ayer con cierto aroma a fracaso, ya que el Gobierno interino admitió que el extremista jordano, Abu Musab al Zarqawi, considerado la principal amenaza terrorista en Irak, había conseguido burlar el cerco y huir.
Tanto el mando militar como el Ejecutivo de transición aseguraban que el presunto socio de la red Al Qaeda se ocultaba en el bastión rebelde y desde allí dirigía la oleada de violencia que desde hace 18 meses sacude Irak.
El ministro de Estado para Asuntos de Seguridad Nacional, Kazem Daud, indicó que las tropas no han podido encontrar ni al supuesto socio de la red terrorista internacional Al Qaeda, ni a su mentor y colaborador, el jeque Abdala al Yanabi.
Estados Unidos y el Gobierno interino lanzaron el pasado lunes un demoledor asalto contra la ciudad de Fallujah con el objetivo declarado de atrapar a Al Zarqawi y a sus secuaces, a los que se atribuye la oleada de violencia que sacude el país.
El viernes, el propio extremista jordano, al que nadie ha visto en meses, divulgó una grabación sonora a través de Internet en la que arengaba a los combatientes de la ciudad a seguir con su lucha y les daba esperanzas de victoria.
La autenticidad del documento, emitido asimismo por cadenas de televisión árabes, no ha sido verificada.
