AGENCIAS
TOKIO, JAPÓN.- El despliegue militar de Japón para apoyar las labores de reconstrucción de Irak concluyó ayer con el arribo de 120 soldados japoneses a la nación musulmana, donde se sumarán a los 430 efectivos de tierra en la ciudad de Samawa.
El contingente de tierra de las Fuerzas de Autodefensa de Japón cruzó ayer la frontera entre Kuwait e Irak para dirigirse a Samawa, a unos 270 kilómetros al sur de la capital Bagdad, precisaron reportes de la agencia japonesa de noticias Kyodo.
Los soldados japoneses habían llegado la semana pasada a Kuwait, donde en una base militar estadunidense recibieron entrenamiento antes de partir hacia Samawa, área en la que apoyaran en las labores de reconstrucción y humanitarias.
Con la llegada de este contingente, asciende a 550 el número de militares de tierra japoneses en Samawa, a donde llegaron de manera escalonada desde febrero pasado, después de que tropas verificaron la seguridad en la ciudad el 19 de enero pasado.
Las tropas enviadas por Japón para apoyar la reconstrucción supera los mil soldados, incluidos los de tierra y las fuerzas aéreas y marítimas -que aún permanecen en Kuwait-, enviados por Japón desde diciembre pasado.
A bordo de un convoy de 40 vehículos, los 120 militares de tierra cruzaron la frontera ayer y por la tarde llegaron a Samawa sin percances, dijo el comandante Masahiko Watanabe, quien condujo al contingente que iba armado con ametralladoras y rifles.
Bajo una Ley especial decretada en julio del año pasado, las tropas japonesas desplegadas en Samawa comenzaron su trabajo de abastecimiento de agua potable, de ayuda médica y reparación de instalaciones públicas.
Desde el pasado tres de marzo, las fuerzas aéreas de Japón trasladan ayuda humanitaria para los iraquíes y las fuerzas de la coalición en tres aviones desde Kuwait.
Las condiciones de seguridad en esa ciudad se consideran relativamente estables, sin embargo, el arribo del último contingente coincidió ayer con el ataque a tres vehículos que pertenecían a una compañía iraquí que se dirigían al campamento japonés.
El incidente se produjo en una carretera a unos 70 kilómetros al sureste de la ciudad iraquí de Nazirillah, cuando un grupo de hombres armados disparó contra los vehículos, causando la muerte de uno de los conductores iraquíes.
En los primeros reportes, las autoridades iraquíes atribuyeron el ataque a ladrones, quienes intentaban apoderarse de las mercancías que trasladaban.
Sin embargo, los vehículos llevaba bloques de concreto que al parecer deseaban vender a las tropas japonesas, según los reportes que agregaron que la compañía no tiene ningún contrato con ese contingente militar.
El pasado 25 de enero, un vehículo que transportaba las mercancías para las tropas japonesas fue atacado en una ciudad al oeste de Bagdad.