AP
SAN’A, YEMEN.- Quince yemeníes fueron hallados culpables ayer de actos terroristas, incluyendo un atentado de 2002 contra un cisterna petrolero francés, así como de confabularse para asesinar al embajador norteamericano.
Un acusado fue condenado a muerte por matar a un policía yemení y varios recibieron condenas de diez años de cárcel. Seis de los acusados llevados ante el tribunal y uno enjuiciado en ausencia fueron los que recibieron las mayores condenas a diez años de cárcel, por haber sido hallados culpables de participar en el atentado de octubre de 2002 contra el cisterna petrolero Limburg, que causó la muerte a un tripulante búlgaro y un derrame de 90 mil barriles de crudos en el golfo de Adén.
El dictamen contra uno de esos hombres, Fawaz al Rabeiee, también incluyó el ataque contra un helicóptero que llevaba a empleados de Hunt Oil Company y por atentados dinamiteros contra un edificio de la aeronáutica civil.
Al Rabeiee también recibió una multa de 18 millones de riales (97 mil dólares) por los daños ocasionados a varias construcciones.
Los acusados interrumpieron con frecuencia con sus gritos al juez Ahmed al Jarmouzi mientras éste pronunciaba sus sentencias. “¡Mentiras!” gritaron. “¡Teman a Dios!”
Diversos francotiradores fueron ubicados en los tejados cercanos al edificio del tribunal y varios vehículos blindados rodearon el lugar y bloquearon el acceso a las calles aledañas.
La sentencia de muerte fue aplicada a Hazam Majali, que fue hallado culpable de dar muerte a un policía yemení que operaba un retén en 2002. Seis extremistas fueron condenados a cinco años de cárcel tras haber sido hallados culpables de detonar explosivos en embajadas, conspirar para asesinar al embajador norteamericano Edmund Hull al igual que funcionarios de seguridad y participar en el ataque del helicóptero.
Un acusado fue condenado a tres años de cárcel por falsificar documentos relacionados con diversos atentados.
Se sospecha que algunos acusados tienen vínculos con la red terrorista Al Qaeda de Osama bin Laden.
El padre de al Rabeiee, Mohamed, dijo que en su opinión las condenas tenían motivos políticos.
“Son condenas ilegales porque no se dio la oportunidad a los abogados de defenderlos”, dijo.
