Nueva Delhi, (EFE).- Dos organizaciones musulmanas de la India difundieron sendos edictos contra la determinación del sexo durante el embarazo, que da lugar en este país a numerosos abortos cuando se comprueba que es una niña.
La Asociación Médica de la India calcula que cada año se llevan a cabo unos cinco millones de abortos de fetos hembra en el país, lo que ha generado un desequilibrio entre la población de hombres y mujeres.
La India es uno de los pocos países del mundo donde hay menos mujeres que hombres, según constató el último censo, realizado en 2001, cuyos detalles difundió el Gobierno la semana pasada y que indica que, desde 1991, la población aumentó en unos 240 millones, hasta situarse en mil 029 millones de habitantes hace tres años.
La "fatwa" o edicto religioso emitido por la organización islámica "Darul Uloom Nadwa tul Ulema" indica que "el Islam prohíbe la realización de análisis para obtener información sobre el feto, excepto en los casos en que se sospeche de enfermedades congénitas que puedan resultar fatales para la madre o el niño".
De forma similar, otra organización musulmana, la "Firangi Mahal", también afirma que "las niñas son una bendición de Dios y el aborto de fetos hembra es un delito".
Ambas organizaciones insisten en que "la religión musulmana otorga el mismo estatus a niños y niñas" y condenan la realización de ecografías para determinar el sexo, así como el aborto de fetos hembra, que califican de "ofensa al Islam".
Según el censo, en la comunidad musulmana hay 950 mujeres por cada mil hombres, mientras que en la comunidad hindú el número de hembras se reduce a 925 y en otros grupos religiosos, como los sijs, esta cifra desciende hasta las 786 mujeres por cada mil varones.
En la India, las mujeres pueden representar una carga económica para sus familias, ya que, aunque está prohibido por la ley, es tradicional pagar una dote a la familia del marido en el matrimonio.
La determinación del sexo del feto está prohibida en el país y no se lleva a cabo en hospitales públicos, pero existen multitud de pequeñas clínicas privadas que ofrecen de manera ilegal estos servicios a precios asequibles.
La publicación de los detalles del censo de 2001 ha motivado un amplio debate social, no sólo en torno al desequilibrio de mujeres y hombres, sino también sobre el fuerte incremento de población y el desigual crecimiento de las diferentes comunidades religiosas.
El principal partido de la oposición, el integrista hindú Bharatiya Janata Party (BJP), pidió ayer que se lleve a cabo un debate sobre el problema del crecimiento de la población y acusó al Gobierno de no estar preparado para afrontarlo.
El ministro de Salud, Anbumani Ramadoss, dijo hoy a la prensa que el Gobierno "no impondrá medidas coercitivas" para el control de la natalidad, aunque recordó que hay en el Parlamento un proyecto de ley para facilitar que se limite a un máximo de dos el número de hijos por familia.
Ramadoss indicó que el Gobierno laico que encabeza el Partido del Congreso (CP) defiende "la adopción de medidas de planificación familiar voluntarias, a las que nadie puede ser obligado".
Otra de las controversias surgidas de los datos del censo ha sido sobre la población musulmana del país, que ha crecido en los últimos diez años un 36 por ciento, frente a un crecimiento del 20 por ciento en el caso de la comunidad hindú.
Tras conocer los datos, Chinubhai Patel, uno de los dirigentes de la organización religiosa integrista Congreso Mundial Hindú (VHP), calificó la situación de "alarmante" y afirmó que "la comunidad musulmana conspira para convertir a la India en un país islámico".
Patel hizo un llamamiento a los hindúes, que son el 80.5 por ciento de la población, a unirse para "desbaratar los propósitos de los musulmanes", que son el 13.4 por ciento, siempre según el censo de 2001.