07 de enero de 2004.
Estocolmo, (EFE).- La confesión de Mijailo Mijailovic, detenido como sospechoso por el asesinato de la que fue ministra de Asuntos Exteriores, Anna Lindh, crimen del que parece excluirse una motivación política, ha supuesto un alivio para las autoridades y facilitará el proceso judicial ya en marcha.
El abogado de Mijailovic, Peter Althin reveló hoy miércoles a la prensa que su cliente, nacido hace 25 años en Suecia, hijo de emigrantes serbios, confesó haber apuñalado a Lindh el pasado 10 de septiembre en unos grandes almacenes ubicados en la zona céntrica de Estocolmo.
"Mi cliente ha confesado ser el autor del crimen" afirmó Althin y añadió que "cómo se califique este crimen será una cuestión a dilucidar posteriormente". "No tengo la versión escrita del interrogatorio, por lo que no puedo entrar en detalles. Pero sí puedo decir que no hubo motivación política", declaró el letrado en entrevista con "Swedish Radio".
Indicó que en un interrogatorio hecho el martes 6 de enero Mijailovic "relató de forma bastante detallada lo que hizo el 10 de septiembre y los días posteriores". El primer ministro Goran Persson, en visita oficial a Tailandia, declaró desde Bangkok al informativo "Ekot" de la Radio Nacional que "como todos, siento un gran alivio por la confesión (de Mijailovic), pues saber quién fue el asesino hace más fácil el duelo".
No obstante Persson dijo: "espero que tengamos un juicio exhaustivo y clarificador y eso queda todavía por delante", agregó. Sobre la labor de la policía en la búsqueda del asesino de Lindh, Persson explicó que "éste ha sido otro tipo de acción policial que el que tuvimos con el asesinato de Olof Palme" y constató que "esta labor policial infunde más seguridad".
El ministro de Justicia, Thomas Bodstroem y la fiscal superior encargada del caso, Agneta Blidberg, señalaron que la confesión de Mijailovic permite anticipar una condena al asesino. "Aunque una confesión no es una condena judicial, lo cierto es que es un gran paso adelante", dijo Bodstroem en declaraciones a la televisión estatal. "Todo el tiempo he afirmado que este asesinato se tiene que esclarecer para que no tengamos el mismo trauma que hemos visto anteriormente en Suecia", agregó.
Bodstroem se refirió a que la confesión abre el paso a una sentencia del tribunal de Estocolmo y elimina la posibilidad de que afloren teorías conspiradoras sobre el asesinato de Lindh.
Por su parte, la fiscal jefe Agneta Blidberg manifestó que la confesión "implica, sobre todo, que no necesitaremos los testimonios de tantos testigos como habíamos pensado antes".
Blidberg destacó que la confesión de Mijailovic aumenta las posibilidades de una condena y comentó en relación con las pruebas de ADN de Mijailovic encontradas en el cuchillo utilizado para el crimen que "existen pruebas técnicas que respaldan la confesión, por lo que no se trata de una mera confesión".
Blidberg manifestó no estar sorprendida por la confesión de Mijailovic, pues era algo que esperaba ocurriera en algún momento.
El abogado de Mijailovic subrayó hoy que no existió ninguna motivación política" para el asesinato de Lindh y evitó hablar del estado de su cliente. "No diré nada sobre su estado (psíquico), ni antes, ni después (del asesinato), ni de ahora", manifestó.
Mijailovic podría ser sometido a un examen psiquiátrico si así lo decide el juez encargado del caso, Goeran Nilsson, aunque eso retrasaría del 12 al 19 próximo el comienzo del juicio.
Nilsson declaró al respecto que "aún no he decidido si el acusado debe someterse a examen médico", pero confirmó que tras la confesión el proceso judicial "será mucho más corto de lo que se preveía, pues la acusación no deberá presentar evidencias de culpabilidad.
La canciller falleció en la madrugada del 11 de septiembre a consecuencia de heridas en su abdomen causadas por las puñaladas asestadas por el asesino.
Lindh murió después de haber sido operada durante más de ocho horas en el Hospital Karolinska de esta capital.
El asesinato de la popular política, de 46 anos, hizo recordar a los suecos el asesinato del primer ministro Olof Palme ocurrido el 28 de febrero de 1986, quien también se encontraba sin custodia y cuyo autor no ha sido aún identificado.